Según un reciente informe del INTA, los incendios de Corrientes ya quemaron más de 934.000 hectáreas de cubierta vegetal. Asimismo, un reciente estudio de Naciones Unidas concluye que para finales de siglo los incendios aumentarán en un 50% debido a la crisis climática.
Los diferentes incendios en Corrientes que llevan casi tres meses activos ya quemaron más de 934 mil hectáreas de cubierta vegetal (el equivalente al 11% de la superficie provincial), según el último informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria -INTA-.
El informe precisa que se han quemado 533 mil hectáreas de humedales y unas 275 mil de esteros y bañados. A pesar de que ayer se registraron precipitaciones que fueron celebradas por los correntinos y los brigadistas, el último reporte del Servicio Nacional de Manejo del Fuego -SNMF- detalla que en Corrientes hay 10 focos activos, dos contenidos y uno controlado.
El Servicio Nacional especifica que la nación ha desplegado 5 aviones hidrantes, un avión observador, 4 helicópteros, 8 autobombas, equipamiento, maquinaria pesada, camión logístico, camión de comunicaciones y móviles de apoyo. Además, el SNMF movilizó a 286 brigadistas de distintas provincias.
El INTA asegura que se queman unas 30 mil hectáreas diarias, por lo que -siguiendo estas estadísticas- en tan solo tres días las llamas ya habrán consumido 1 millón de hectáreas de cubierta forestal si los focos permanecen.
Por su parte, la fundación rewilding -que lucha por la conservación de especies en peligro de extinción y contra la degradación ambiental- estimó que cerca del 40% de los Esteros del Iberá se han quemado. Desde la fundación aseguran que las llamas afectan seriamente a las especies en peligro de extinción, como el Yaguareté o el Aguará Guazú.

Según el SNMF, el 95% de los incendios desatados en el país son provocados por la actividad humana, y la justicia está investigando 75 casos de incendios intencionales en Corrientes. Sin embargo, las penas para este tipo de delitos son muy bajas.
En diciembre pasado la Argentina declaró la Emergencia Ígnea, ya que las sequías que, en el norte, se han prolongado por más de 2 años han convertido a los ecosistemas en un ambiente muy seco y vulnerable a las llamas.
Además, según un reciente informe de Naciones Unidas los incendios aumentarán en un 30% para 2030 y en un 50% para 2100 debido a la crisis climática. Los más de 50 científicos que trabajaron en el estudio citan al calentamiento global, a las sequías y a los cambios de uso del suelo como causantes de esta amenaza de desastre generada por la actividad humana.
De acuerdo con las previsiones del análisis de la ONU, ningún rincón del planeta estará exento de incendios forestales, y estos podrían desarrollarse en regiones que actualmente no corren ese riesgo, como el Ártico por ejemplo.
Para enfrentar la amenaza, los autores de la investigación instan a los gobiernos a cambiar las estrategias en el manejo del fuego: aseguran que es crucial prevenir, prepararse y asignar presupuestos adecuados. Detallan que más del 50% de los presupuestos son destinados al combate al fuego y que menos del 1% es destinado a la planificación y prevención.
“Debemos minimizar el riesgo de incendios forestales con mejor preparación: tenemos que invertir más en la reducción del riesgo de incendios, trabajar con las comunidades locales y fortalecer el compromiso global para combatir el cambio climático”, dijo la directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Inger Andersen.
Además, aseguran que los incendios forestales afectan de manera desproporcionada a los países más pobres del mundo, con impactos que se prolongan mucho tiempo después de que el fuego se apaga, impidiendo su progreso hacia el desarrollo sostenible y agudizando las desigualdades sociales.
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