Desde hace años ambientalistas y ONG’S reclaman por la problemática de los residuos pesqueros que contaminan las costas de Península Valdés, se estima que en las playas de la zona hay más de 100 toneladas de plásticos. Los ambientalistas reclaman por la falta de limpieza de la costa y por la falta de políticas para “frenar el problema de raíz”.
Los residuos plásticos constituyen uno de los mayores problemas ambientales a nivel mundial: cada año se producen unas 400 millones de toneladas de plásticos, de las cuales solo el 9% son recicladas. Las costas, mares y océanos son ambientes que padecen seriamente el problema, y según datos de Naciones Unidas cada año llegan a los océanos entre 8 y 12 millones de toneladas de plásticos.
La mayor parte de estos desechos provienen de las ciudades y llegan a los mares a través de los ríos y sistemas fluviales; mientras que otra gran parte proviene de la industria pesquera: según estimaciones el 20% de la basura plástica presente en los océanos proviene de la industria pesquera, se trata de redes, cajones, cuerdas y demás objetos utilizados en el rubro de la pesca.
En Península Valdés, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el problema de la basura plástica afecta seriamente al ecosistema marino y costero. Se estima que el 80% de las playas de la península sufren el problema de los desechos plásticos, y se según observaciones hay “más de 100 toneladas de plásticos” dispersas en las costas de la zona: la mayor parte de la basura presente en el lugar proviene de la industria pesquera, aseguran.
Yago Lange, velista olímpico y embajador de Parley for the Oceans –una organización mundial dedicada a proteger los océanos-, denuncia desde el 2020 esta problemática y ha trabajado arduamente para concientizar a la sociedad y llevar a cabo limpiezas en las playas, sin embargo, denuncia que el Gobierno de Chubut no le da permiso de limpiar las costas.
En agosto del año pasado la situación adquirió carácter internacional, ya que el medio estatal ruso RT –Russia Today- público un video en el que se observa a los elefantes marinos de Península Valdés arrastrándose en una playa abarrotada de cajones y otros desechos plásticos. En respuesta las autoridades provinciales y nacionales recorrieron las costas para evaluar la situación, y se concluyó que el 80% de las playas están contaminadas con plásticos.
En ese momento, Lange reitero su solicitud para obtener el permiso para realizar una recolección de basura en las playas; pero las autoridades ambientales de Chubut se lo negaron para no molestar a las especies que viven allí, ya que en esa época del año estaban en pleno proceso de reproducción. La vida de los elefantes marinos “es 80% en el agua y 20% en tierra”: cuando están en tierra (sea para reproducirse, amamantar o cambiar su piel) no comen y provocarles estrés o un esfuerzo energético como huir puede provocarles daños en su salud, explica Victor Fratto, referente ambiental local.
Sin embargo, Lange denuncia que el gobierno pone trabas cuando él quiere realizar tareas de saneamiento en las playas, en noviembre la organización ya tenía todo preparado para realizar una recolección de basura: contaban con voluntarios, fondos económicos y hasta habían conseguido un helicóptero, pero no obtuvieron la autorización del gobierno. Luego, al ser asesorados por biólogos, propusieron realizar la limpieza en marzo ya que no molestarían a la fauna; pero tampoco obtuvieron respuestas favorables. “Mientras tanto, pasa el tiempo. Faltan respuestas y acciones y sobran las excusas”, dice Lange.
Recientemente, en el marco del Día de la Tierra, los ambientalistas volvieron al lugar y observaron que las costas, lejos de estar en mejores condiciones, están aún más contaminadas. Además, la organización sobrevoló la zona y observo miles de cajones y residuos de la pesca dispersos por las playas, estiman que allí hay unas 100 toneladas de plásticos.

La odisea logística para limpiar las costas:
La mayor parte de la zona afectada es de difícil acceso, y organizar un saneamiento de las playas requiere de una odisea logística de grandes proporciones, es decir: limpiar la zona no es una tarea fácil.
Realizar una recolección de basura en las playas de Península Valdés implica coordinar importantes acciones previas, ya que para llegar a la zona en cuestión hay que atravesar restingas, tener en cuenta los acantilados y esquivarlos, prever las mareas y las condiciones climáticas. Además, hay que disponer de vehículos de doble tracción para llegar, acopiar los residuos y volver con la basura.
También está la posibilidad de acceder por la vía marítima, y en este caso también hay que anticiparse a las mareas y las condiciones meteorológicas. Asimismo, es limitada la cantidad de gente que se puede movilizar a las playas para la acción de saneamiento, ya que hay que guardar espacio para acopiar y trasladar los desechos.
Todo ello teniendo en cuenta el “calendario faunístico” y procurando realizar la recolección de basura en fechas que no afecten a la reproducción y cría de las especies que allí se refugian.
Recientemente, el gobierno de Chubut anunció que, al encontrarse en una fecha propicia, se realizaran limpiezas y recolección de residuos en las Islas Tova Tovita durante mayo.
De la tarea de limpieza, organizada por la dependencia ambiental de la provincia, además participarán fuerzas federales y armadas, brindando apoyo logístico y de personal. Por su parte, el intendente de Puerto Pirámides, Fabían Gandón, le solicito al gobierno que acepte la ayuda y la participación de las ONG’S ecologistas.
“No queremos ser noticia por estos desmanes, queremos que nos conozcan y reconozcan como un Patrimonio de la Humanidad que cuida sus recursos”, expreso Gandón.
Limpieza, una solución parcial:
Aunque no cabe ninguna duda de que hay que limpiar las playas, las acciones de saneamiento de la costa no son más que una tardía reacción al problema. Para solucionar la contaminación de las playas es necesario ir a la raíz de la situación: los generadores de basura.
En ese sentido, sectores ambientalistas critican a la provincia y a Nación por inacción: denuncian que no hay controles ni multas que ayuden a mitigar la situación, y apuntan a la industria pesquera por la irresponsabilidad ambiental que ha desencadenado esta realidad.
Por su parte, el presidente de la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras, Agustín de la Fuente, dice que la industria pesquera reconoce el problema; pero defiende su lugar como productores de alimentos y generadores de trabajo. De la Fuente asegura que no tiran cajones al mar de manera intencional, ya que tienen un costo, pero explica que trabajar en el mar es complejo y que en ocasiones las tempestades hacen que los cajones se caigan, además sostiene que “ningún marinero está pensando en maltratar el mar, seria pegarse un tiro en los pies”.
Sin embargo, se ha constatado que algunos buques han tirado intencionalmente estos residuos al mar.
En su momento y como medida preventiva, se obligó a rotular los cajones para saber el origen de los mismos y habilitar la vía sancionatoria. “Pero eso no dio resultado, las empresas dicen que les pierden trazabilidad y que no se pueden hacer cargo”, explica Sergio Paul Casin, subsecretario de Conservación y Áreas Protegidas de Chubut.
Esto es debido a que muchas empresas usan cajones y demás objetos que no necesariamente tienen el logo correspondiente a su firma, ya que estos artículos se mantienen en constante movimiento dentro del rubro. Además, Casin dijo que se han realizado sumarios, actas y multas por esta conducta; pero estos no han dado resultados porque los montos de las multas son ínfimos en comparación a la rentabilidad de la actividad.
Bajo estas circunstancias el gobierno apunta a la educación y a la concientización ambiental en el sector pesquero, mientras que los ambientalistas exigen intensificar las sanciones, la trazabilidad y la fiscalización entorno a este problema.

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