Piuke nació con una idea: el reciclaje y la economía circular. Luego de años de pruebas, logró el objetivo y transforma el aceite usado en jabón, también recicla revistas, diarios y guías telefónicas. Con su emprendimiento, Silvina ofrece dermocosméticos naturales, con características curativas y hechos a base de materias primas recicladas.
“Piuke viene del mapuche, y significa corazón. En Piuke hacemos cosméticos con el corazón y con amor”, explica Silvina Orellano, economista especializada en Economía Circular. Silvina tenía la aspiración de vivir de la economía circular y hace unos 8 años se presentó a un concurso de ‘ideas innovadoras para reciclar materiales’: “en ese momento todos pensaban en el reciclaje de plástico, cartón o vidrio, por lo que el reciclaje de aceite era innovador para la época”, dice la emprendedora que presentó un proyecto para reciclar el aceite de cocina usado y gano el premio que consistía en un juego de lápices, pinturas y acuarelas.
“Al principio intenté hacer pinturas con el aceite usado, luego probé hacer plastilinas, y finalmente intenté transformar al aceite en cosméticos, que es lo que finalmente funcionó”, explica mientras prepara un shampoo sólido en el laboratorio de su casa. “Durante 2 años probé y estudié el mundo de los jabones como pasatiempo, probando en las madrugadas, fines de semana y cada vez que tenía un tiempo libre, regalaba los jabones a amigas y allegados para que me ayuden a mejorarlos”, relata.
“Como mujer que cría sola y se hace cargo del 100% de lo que mi hijo necesita, mi objetivo siempre fue lograr que Piuke me dé tiempo de compartir con él, – yo trabajaba muchas horas afuera, por eso- solo nos veíamos de noche y en el desayuno, sabiendo lo difícil que es para un niño estar casi todo el día solo”, explica la emprendedora.
Después de años de capacitarse en el mundo de la cosmética natural, junto a sus estudios en Economía Circular, Silvina comenzó a vender los jabones que hace con el aceite de cocina que recicla, con la práctica fue mejorando las recetas y la calidad del producto y hoy su emprendimiento es uno de sus principales sustentos económicos.
¿Cómo es el arte de transformar al aceite de cocina usado en jabón? El primer paso es conseguir la materia prima, para ello Silvina recolecta el aceite de cocina usado en diversos locales gastronómicos, además ofrece un descuento del 10% para aquellos clientes que le dan su aceite usado. Luego ese aceite se somete a un proceso de filtrado y purificación para eliminar los restos de comida y las impurezas, el filtrado se repite hasta que el aceite queda apto para elaborar los jabones.

Posteriormente, el aceite es transformado en jabón “a través del proceso de saponificación en frío, los jabones tienen un proceso de 30 a 40 días desde la producción hasta estar terminados para asegurar un PH neutro que cuide nuestro cuerpo”, explica la emprendedora. Algunos de los jabones están hechos con aceite reciclado y otros aceites, “como por ejemplo el aceite de coco, además, agregamos aromas y propiedades curativas de hierbas y demás productos naturales: como el jabón de aloe vera, donde de manera artesanal se extrae la sabia y se combinan los componentes para potenciar las propiedades de las hierbas y los aceites”, agrega Orellano.
Con el reciclaje del aceite, Silvina contribuye a disminuir la contaminación generada por el desecho del mismo. Según estimaciones, un litro de aceite puede contaminar hasta mil litros de agua, además al ser desechado en las cañerías produce daños en la infraestructura de desagüe ya que el aceite se va depositando en las paredes de las tuberías y obstruye el paso del agua residual de nuestros hogares, generando un gasto extra en el mantenimiento de las mismas.

Por si fuera poco, muchas de nuestras cañerías desembocan en ríos y lagos, y el aceite, al no disolverse con el agua, queda flotando en la superficie impidiendo la oxigenación y el ingreso de luz en el espejo del agua, perjudicando gravemente a la biodiversidad y alterando el equilibrio ecológico. En el caso de que estas cañerías terminen en plantas de tratamiento de efluentes cloacales, el aceite incrementa unas 700 veces el precio de la depuración, por la dificultad de la misma, según la fundación Aquae.
Por otra parte, si el aceite es desechado en el suelo esta sustancia impermeabiliza la tierra e impide que las plantas prosperen, además contribuye a la erosión del suelo.
Por estos motivos es sumamente necesario acopiar el aceite usado y reciclarlo.
Para realizar el acopio del aceite usado “primero debemos esperar a que se enfrié, luego filtrarlo con una servilleta o una tela para eliminar los restos de alimentos y finalmente colocarlo en una botella plástica bien cerrada, por último se lleva a los puntos de acopio o a los lugares que los reciclan” explica Orellano, y recalca que para hacer jabón el aceite no debió ser utilizado para cocinar carnes o derivados de animales.
Con la práctica y la experiencia, Silvina fue agregando más productos a su emprendimiento, y recientemente comenzó a producir shampues sólidos. “La producción de shampoo comenzó para evitar el uso de plásticos. Se estima que cada persona utiliza unas siete botellas de shampoo al año. En Argentina se estima que los desechos plásticos de la cosmética son de 552 millones de toneladas anuales y solo una de cada cinco personas recicla consistentemente los artículos de su baño”, reflexiona Orellano.

Piuke, además utiliza envases hechos con materiales reciclados: los envoltorios de sus productos están hechos con guías telefónicas viejas, diarios y revistas. Los cosméticos que vienen en envases de vidrio son retornables y Piuke ofrece un descuento para aquellos clientes que devuelvan los envases para reutilizarlos. Asimismo, “los elementos de complemento que acompañan a cada producto, como las jaboneras, son de proveedores sustentables que trabajan con madera reutilizada”, detalla la emprendedora.
Con el paso del tiempo Piuke Cuidado Natural fue creciendo, ganando clientes y enviando productos a provincias vecinas, eso le permitió a Silvina reducir su jornada laboral como profesora y dedicarle más tiempo a la producción de cosméticos sustentables en su hogar, lo que a su vez le permite disfrutar más tiempo con su hijo, que es lo que en un principio la motivo a emprender independientemente. “Emprender es una apuesta de todos los días, una decisión que se toma cada mañana y que a veces cuando llega la noche una quiere abandonar, pero si de algo estoy segura es que mi objetivo se mantuvo siempre firme”, sentencia Silvina.
“Cambiando los modelos de producción, distribución y consumo, podemos tener un sistema social más justo y sostenible que nos permita avanzar en un camino de desarrollo en armonía con la naturaleza. Esa es la meta y el motor de Piuke”, reflexiona finalmente la emprendedora.
