Construido a finales del siglo XIX, el Acueducto Vulpiani es una de las infraestructuras más icónicas de la provincia de San Luis, es patrimonio histórico y cultural de Juana Koslay; y los desmontes en la zona están prohibidos por la Ley Nacional. Allí, realizarán una obra milmillonaria.
El Acueducto Vulpiani es un importante atractivo turístico de Juana Koslay, quizás uno de los destinos más icónicos para hacer un picnic o tomar unos mates admirando su majestuosidad. Pero este acueducto es más que eso, fue una de las obras hídricas más importantes para el desarrollo de San Luis.
A mediados del siglo XIX la provincia y la Nación comenzaron a invertir cada vez más en obras hídricas que mejoraran la calidad de vida y el desarrollo económico puntano. De hecho, en estas tierras se encuentra “uno de los diques -modernos- más antiguos de Sudamérica”, según detalla el Archivo Histórico Provincial. En 1860 se construyó el dique Potrero de los Funes, un embalse que acopia el agua que desciende por las sierras centrales puntanas para destinarlas a uso humano y agrícola.
Veinticuatro años más tarde, en 1884, el Ministerio de Obras Públicas de la Nación construye un acueducto abovedado estilo romano que posibilita transportar eficazmente, gracias al desnivel natural, el agua desde el dique Potrero hasta la capital provincial. Sin embargo, las grandes crecidas del río Las Chacras afectaron esta infraestructura, por lo que tiempo después fue reconstruido.
La obra de reconstrucción del acueducto estuvo a cargo del reconocido Ingeniero italiano Oreste Vulpiani, quien también estuvo a cargo de la construcción del Dique Vulpiani, en Villa Mercedes. La reconstrucción demoró unos cuatro años, y el acueducto fue re-inaugurado en 1909 y bautizado en honor al ingeniero que dirigió la obra.
El acueducto, que recorre un poco menos de 10 kilómetros, no solo servía para transportar agua, sino que también era utilizado como puente por los locales. Según testimonios, cuando el río Las Chacras crecía era imposible cruzarlo, por lo que muchos se subían al acueducto para cruzar el cauce.
Luego, con la inauguración del Dique Cruz de Piedra en 1941, el acueducto también comenzó a proveerse del agua de este embalse. Si bien el Vulpiani es bastante largo, la mayoría lo conocen por la majestuosa infraestructura de estilo romano que se encuentra a metros de la entrada al San Roque.
A raíz de ello, por su importancia histórica en el desarrollo de la zona, el Acueducto Vulpiani está catalogado como Patrimonio Histórico y Cultural de Juana Koslay.
Recientemente, el gobierno provincial anunció la construcción del “Parque Acueducto Vulpiani”, una obra milmillonaria que contempla la construcción de edificios con locales comerciales y oficinas, una nueva red vial, un nuevo puente vehicular y peatonal, nuevos senderos; un teatro al aire libre con capacidad de un centenar de personas, la construcción de los miradores del Cerro y Salto La Salamanca; una pasarela sobre el acueducto y juegos infantiles, entre otros.
La obra se desarrollará en 12.7 hectáreas adyacentes al acueducto, su presupuesto es de más de 1.820 millones de pesos, y, según la cartelería correspondiente a la obra, el plazo de construcción es de “360 días corridos”.
Sin embargo, la mayor parte de la zona en cuestión está catalogada como amarilla por el Ordenamiento Territorial de la Ley Nacional de Bosques N° 26.331, es decir, que su uso queda limitado a aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e investigación científica. En otras palabras: la Ley Nacional prohíbe los desmontes en esa zona.

En las adyacencias al Vulpiani hay una gran cantidad de árboles, nativos y exóticos, que le dan su particular paisaje y que, a su vez, son refugio y alimento de diferentes especies animales, es decir: es una zona con una importante relevancia ecológica.
El publicitado parque, además, comienza su construcción sin participación ciudadana o audiencia pública acerca de los posibles impactos ambientales de la obra, mucho menos se hizo público el Estudio de Impacto Ambiental correspondiente, incumpliendo lo establecido en el “Acuerdo Interamericano de Escazú”.
Claro que la construcción del Acueducto Vulpiani tampoco se desarrolló cumpliendo estos requisitos, pero cabe recalcar que en aquel momento no existían tales exigencias.

Piuke ofrece productos dermocosméticos 100% naturales. De producción artesanal, con características curativas.
HTTPS://WWW.INSTAGRAM.COM/PIUKE_CUIDADO_NATURAL_?R=NAMETAG