El viernes se realizó la segunda caminata de reconocimiento de la flora nativa presente en la Ciudad de San Luis. Con esta actividad se propone reconocer a estas especies para revalorizarlas, cuidarlas y reconectarnos con “nuestra identidad”.
“En la ciudad llevamos un ritmo que nos hace perder de vista eso que nos acompaña y rodea”, dice Miguel, un señor que participó de la caminata de reconocimiento de plantas nativas. Vivimos a una velocidad que nos impide admirar y observar los árboles urbanos, pero el arbolado público es fundamental para la calidad de vida de una ciudad: purifica el aire, es refugio de las aves que ‘musicalizan’ las calles y regulan la temperatura en verano, entre otras.
Por eso, dos jóvenes estudiosos de la flora nativa nos invitan a tomarnos un tiempo e irnos por las ramas de estos árboles con el objetivo de reconocerlos, valorarlos, cuidarlos y, en definitiva, reconectarnos con el patrimonio natural de la ciudad. Bajo esa premisa, Milagros Tarabay y Juan Quiroga recorren las calles de la ciudad en busca de árboles nativos, diseñan un recorrido y convocan caminatas para que los vecinos puedan apreciarlos y conocer sus particularidades, orígenes y funciones ecosistémicas.
Desde marzo realizan un recorrido guiado para observar las especies nativas presentes en la ciudad y aprender acerca de ellas. El viernes se realizó la segunda caminata: la actividad inició debajo de un espinillo ubicado atrás de la Universidad Nacional de San Luis, prosiguió observando aguaribays, molles de beber, algarrobos, quebrachos, y culminó observando uno de los pocos chañares presentes en la ciudad, a la vera de la Avenida Eva Perón.
“Para cuidar algo hay que conocerlo, no se puede cuidar lo que no se conoce, y es importante volver a generar el vínculo con las especies nativas que lamentablemente no abundan en la ciudad”, esa es la principal motivación para recorrer la ciudad observando los árboles nativos y aprendiendo acerca de ellos, explica Milagros Tarabay, una jóven estudiante de Ciencias Biológicas y divulgadora de flora nativa. Y se pregunta “¿por qué es tan difícil ver especies nativas en el entorno urbano?”.
Juan, un jóven estudiante de Psicología y divulgador de flora nativa, tiene una reflexión que nos ayuda a responder esa incógnita: “tiene que ver con nuestra cultura que no valora lo autóctono ni las plantas. Ignoramos como sociedad cuáles son las especies que tenemos, cuáles son exóticas, cuales son nativas y el porqué están puestas en donde están puestas. Asimismo, muchos árboles son de otros lados, tienen una velocidad de crecimiento que de alguna manera pensamos que es la que tiene que ser y también tienen, por ejemplo, una estética a la que culturalmente estamos acostumbrados, por eso en las ciudades hay una disparidad en la presencia de flora nativa y exótica, la mayor parte del arbolado urbano no es autóctono. Eso es lo que nosotros nos proponemos transformar”.
Tanto Milagros como Juan se dedican a la divulgación de la flora nativa de San Luis y Cuyo a través de redes sociales, @nativasdesanluis y @mollecitodebeber respectivamente, pero coinciden en que el verdadero aprendizaje proviene de mirar los árboles, tocar su corteza, acariciar sus hojas y degustar los productos que con ellos se hacen (como los múltiples derivados del algarrobo), por eso invitan a salir a verlos en persona.
Esta actividad “es una oportunidad para atraer la atención y concientizar lo que es el bosque nativo en sí. Estamos en un territorio que ha sido históricamente boscoso y que eso traía muchos bienes al ecosistema y a las personas que habitaban allí; y muchas de las cosas que estamos sufriendo tienen que ver con destruir ese bosque”, agrega.
“Creo que este tipo de actividades nos invita a pensar en recuperar ese bosque nativo y darle un carácter definitivamente autóctono a nuestra ciudad, es una recuperación de nuestra identidad”, reflexiona Miguel Esternick, un guía de turismo que participó del recorrido de reconocimiento de flora nativa, mientras bebe una infusión de algarroba y degusta un patay al lado de un chañar. “No hemos sabido cuidar y proteger nuestro bosque nativo que en algún momento fue el bosque que acompañó a nuestros ancestros (…). Quizás haya que desaprender algunas conductas para volver a aprender otras”, añade.

Para poder realizar esta actividad los jóvenes hicieron un arduo trabajo para diseñar un recorrido relativamente corto en el que se pudiera encontrar y observar diferentes especies de flora nativa. “Fue un trabajo de exploración territorial, de caminar y andar en la bici por la ciudad buscando especies nativas para mostrarlas y hacer un circuito de observación de especies nativas, eso nos costó un montón. Empezamos buscando en el Parque de las Naciones y allí hay una presencia muy baja de flora autóctona. Entonces decidimos buscar por las calles hasta que encontramos un chañar y fue alucinante, así armamos un circuito que empieza en un espinillo de la universidad y termina en un chañar”, explica Milagros en comunicación con EcoPress. “Fue una gran búsqueda porque hay muy pocos árboles nativos en la ciudad”, agrega Juan.
“Creo que el arbolado urbano debe diseñarse con mayor presencia de especies nativas”, opina el jóven. “La flora nativa no es un capricho, sino que hay todo un trasfondo ecológico que tiene efectos en cadena. La deforestación está relacionada con la pérdida de biodiversidad hasta el cambio climático, entonces es muy importante abordar todos los eslabones de esa cadena, y reconocer la flora nativa es uno de ellos”, añade Milagros.
“El estado del arbolado público es bastante deplorable: hay muchos espacios que no tienen árboles y justamente los árboles son los pulmones de cualquier ciudad”, añade la jóven, mientras insta a forestar esos espacios con flora autóctona, argumentando que la flora nativa ya está aquí, ya está adaptada al ambiente local y remarca que no necesitan tanto mantenimiento como otras especies. “Hay un tabú de que las especies nativas no son fáciles de cultivar, de cuidar o de hacer crecer”, pero no hay nada más alejado de la realidad que eso.
“La actividad me hizo preguntarme ¿Cuántas veces pase cerca de majestuosos árboles y no los vi?”, dice Miguel que asistió a la actividad “para seguir incorporando nuevos saberes que luego puedo compartir con los turistas con quienes realizo paseos mostrándoles nuestro San Luis”. «Invito a quienes probablemente han perdido de vista ese paisaje citadino, que también tiene mucho para descubrir, a que se den el tiempo de explorarlo”, reflexiona finalmente Miguel.

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2 respuestas a “Reconocimiento de flora nativa para reconectarnos con “nuestra identidad””
Me encanto sugiero que se haga publica la invitacion invitacion en la universidad en el taller de adultos mayores pam a mas de uno le encantaria recorrer la ciudad y conocer nuestras plantas.graciela villarruel mi correo es gvillarru@hotmail.com a la espera deina invitacion
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A través de las redes sociales de @mollecitodebeber y @nativasdesanluis podrás enterarte de cuando y donde será la próxima caminata de reconocimiento de flora nativa. EcoPress recomienda seguir a ambas páginas para no perderse ninguna actividad de esta índole.
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