La Reserva Pumakawa busca voluntarios para este verano

Pumakawa es una reserva natural, ubicada en el interior de Córdoba, que se dedica al cuidado del monte y de diferentes animales que fueron víctimas de tráfico, mascotismo o que, de alguna manera, se vieron afectados negativamente. Este verano buscan voluntarios que colaboren en las tareas que desarrollan en el predio.

La Reserva Pumakawa, ubicada en la localidad de Villa Rumipal, tiene 30 años de trayectoria, ha rescatado a más de mil animales y posee un gran banco de semillas autóctonas. Su principal objetivo es “la conservación del puma y, a través de eso, la conservación de su ambiente, que es el monte, porque el puma es una especie paragua, es decir que si lo protegemos cuidamos todo lo que está debajo, como cualquier depredador” explica Karina Goffman, integrante de la ONG.

Este verano buscan voluntarios que puedan contribuir en las tareas que la reserva desarrolla, que se puedan capacitar en diferentes aéreas y que puedan “vivir una experiencia única e inolvidable en el monte cordobés”.

Para ahondar más acerca del proyecto Pumakawa y del voluntariado, desde EcoPress nos comunicamos con Kai Pacha, presidenta de la organización, y con Karina Goffman, integrante de la reserva;

“Pumakawa es un proyecto que tiene muchas aristas, que empezó como un mundo aparte (…) y se ha hecho como una alquimia donde todo funciona, más allá de que las cosas se hacen a pulmón, estamos creciendo a pasos agigantados gracias a un montón de voluntades que nos acompañan. Es un lugar donde somos manada y funcionamos en equipo, donde tratamos de contar la historia de cada animal para generar un cambio en las personas, creo que la conservación –apunta- a salvar una población y como que ‘el individuo no importa’. Acá esos individuos que ‘no importan’ o que no son funcionales en la naturaleza, como un puma sin una pata por ejemplo, nosotros los recibimos y a través de ellos cuidamos una población de pumas afuera porque tratamos de generar un cambio en las personas y en sus hábitos. Nos fijamos en los pequeños cambios que pueden generar cosas grandes y trabajamos en conjunto”, describe Goffman acerca de la reserva.

Unelen; una puma de tres años que perdio una pata por ser victima de una trampa «de oso». /Pumakawa/.

La reserva “surgió por una idea de mi papa que era cazador y en un momento dejo de practicar la cacería, cacería menor nunca mayor, y se puso a armar este lugar para cuidar animales. Se llamaba el Edén, se transformo a Pumakawa y le dimos un enfoque más educativo y de conservación. Una de las dificultades más importantes –que tuvimos- fueron los incendios del 2009 que nos quemaron el 90% de la reserva y ahí tuvimos que empezar de nuevo, no recibimos resarcimiento del gobierno ni de nadie, fue un incendio –ocasionado- por la imprudencia de la municipalidad de un pueblo vecino y eso fue bastante duro e inesperado, pero salimos adelante”, explica Kai.

Pumakawa significa “el que cuida con el sigilo de un puma” y, bajo ese lema, 14 pumas encontraron resguardo en la reserva. Además, han acogido a ejemplares de otras especies que han sido víctimas del mascotismo, del tráfico o que, de alguna manera, se han visto afectados negativamente.

Kai Pacha alimentando a un cachorro de puma. /Pumakawa/.

Pero no solo trabajan con la fauna, sino también con la flora y poseen un gigantesco banco de semillas de 53 especies diferentes.

Este verano buscan voluntarios que quieran colaborar y capacitarse en las tareas que se desempeñan en la reserva. Ofrecen dos modalidades de voluntariado:

 “A grandes rasgos, las tareas generales tienen que ver con el cuidado de los animales, de las plantas y la educación ambiental. También tenemos el voluntariado Urkusacha, en el que el trabajo voluntario va a ser efectuar las capacitaciones que se realizan, por ejemplo; nosotros tenemos un proyecto de hacer una biopiscina, entonces vamos a dar la parte teórica y después vamos a efectuar esa biopiscina para tener la práctica.  Es un voluntariado teórico práctico, y el otro tiene más que ver con el día a día de la reserva”, explica Goffman.

El voluntariado Urkusacha tiene una duración mínima de 7 días y el otro de tres meses “y después hay casos concretos de gente que puede brindar determinada ayuda ya sea por siete días, quince o un mes, que se ven aparte, nosotros organizamos estos dos voluntariados, y después los casos especiales nos pueden escribir y vemos como podemos adaptarlo”, añade.

Para aplicar al voluntariado hay unos pocos requisitos como; ser mayor de 19 años, contar con Certificado de Buena Salud y test covid negativo. “Básicamente lo que buscamos es gente con ganas de ayudar. Creemos que todo se puede aprender, obviamente si tienen herramientas en el ámbito relacionado al campo o los animales mucho mejor. Pero creemos que las ganas le ganan a todo”, esclarece Goffman.

La inscripción al voluntariado puede realizarse mediante la web de la organización – www.pumakawa.org – o enviando un correo electrónico con CV a voluntarios@pumakawa.org. Los que deseen aplicar al voluntariado deben tener en cuenta que tienen que llevar ropa cómoda y resistente “abrigo y, en lo posible, de manga larga porque en verano aunque haga mucho calor también hay muchos mosquitos y el sol pega fuerte. Gorra también es importante y, en lo posible, calzado de trabajo cómodo y con suelas gruesas. No pedimos nada más de lo que demanda el terreno”, detalla Goffman.

La organización se financia gracias a “pequeños donantes (…) que nos donan el dinero que pueden de manera mensual, eso nos ayuda, además tenemos la entrada de los visitantes que nos pagan un bono contribución. Y este jueves va a venir el Secretario de Ambiente de la Provincia, por primera vez, a entregarnos simbólicamente un subsidio que nos va a llegar después (…), en 25 años es la primera vez que pasa. También tenemos proyectos con otras organizaciones; la fundación Brigitte Bardot nos dio un apoyo económico para mejorar algunos recintos y Humans Society también nos dio un apoyo para hacer la campaña ‘no a la caza de pumas, trofeos de sangre’ –en la cual- todavía estamos trabajando”, explica Pacha.

El trabajo que hacemos nosotros es tratar de incentivar y motivar a las personas a que hagamos algo por el ambiente desde las pequeñas acciones que uno puede hacer en la casa, ósea todo lo que podemos hacer amable con la tierra como; cuidar los recursos, comprar conscientemente, consumir menos, practicar el trueque o reutilizar. Todo eso favorece a frenar un poco la carrera de progreso lineal para arriba que consume los recursos que se agotan y todos tenemos algo para hacer al alcance de nuestras manos, cada uno le toca una responsabilidad y debemos hacer esa parte”, añade finalmente Pacha.

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