, , , ,

La historia de Nigel: el “ave más solitaria del mundo” que vivía con pájaros de cemento

Nigel era un alcatraz australiano que vivió durante años aislado en una isla con la fría compañía de aves de cemento; de hecho se emparejó con uno de ellos e hizo todo lo posible por ‘cortejarlo’. Además, fue el “pionero” en repoblar la Isla de Mana.

A principios del siglo XIX muchas producciones ganaderas y granjas comenzaron a desarrollarse en algunas islas de Nueva Zelanda. La introducción de animales exóticos como ovejas, vacas o cerdos perjudicaron a la biodiversidad nativa de las islas, inclusive algunas especies de plantas endémicas estuvieron a punto de desaparecer; además algunos cultivos extranjeros también disminuyeron la diversidad biológica de las ínsulas, explica el Departamento de Conservación neozelandés. 

La introducción de especies exóticas conllevo a la aparición de ratones y ratas que “estuvieron presentes en proporción de plaga”, eso también perjudicó a la flora y fauna nativa de las islas. 

Después de muchos años de producción en las ínsulas, en la década del 1930 muchas de ellas fueron declaradas santuarios y, unos 20  años después, reservas naturales. Luego, en los ‘80/90 comenzaron los proyectos de restauración ecológica en la mayoría de las islas. 

En 1989 se desarrolló una erradicación de ratas y ratones en la Isla de Mana (la protagonista de esta historia); y con esta acción “el potencial de la isla para la conservación de especies amenazadas se incrementó en gran medida”, afirma el Departamento de Conservación neozelandés, y añade que la isla “es un lugar importante para el weta gigante, el eslizón de Mcgregor, el gecko rayado dorado” y muchas otras especies nativas del archipiélago. 

Un tiempo después, hacia finales de los ‘90, comenzaron las tareas de restauración ecológica y de reintroducción de especies nativas: se introdujeron petreles buceadores, priones y pardelas voladoras para repoblar la isla con fauna nativa. Con el mismo objetivo, en 2013 se instaló “una colonia de alcatraces -australianos- de hormigón” y un sistema de sonido que “reproduce las llamadas de las aves para atraerlas allí”. 

Atraído por las llamadas ‘artificiales’ y la colonia de aves de cemento, en 2015 un alcatraz -morus serrator- se asentó por primera vez en 40 años en la isla. Los científicos esperaban que los “señuelos” atrajeran aves para crear una colonia real en la isla; pero durante años el ave apodada “Nigel el solitario” fue el único de su especie en habitar la ínsula. 
Ante el aislamiento, el pájaro encontró compañía en los fríos alcatraces de cemento. De hecho cuentan que hizo todo lo posible por cortejar a una de estas esculturas, incluso le construyó un nido con tierra y algas marinas, intentaba arreglarle las plumas de cemento e incluso trataba de comunicarse con la estatua, a pesar de que nunca obtenía una respuesta.

Nigel junto a su compañera de cemento. /Stuff.co.nz/.

«Si él estaba solo o no, ciertamente nunca obtuvo una respuesta de sus ‘compañeros’, y esa debe haber sido una -experiencia- muy extraña. Creo que todos teníamos mucha empatía por él, porque -vivía- esta situación bastante desesperada», dijo Chris Bell el, por entonces, guardabosques de la isla. 

Luego, en 2016 se reubicó la colonia de aves de concreto y el sistema de sonido alimentado por paneles solares, y dos años después llegaron otros tres alcatraces a la isla. Sin embargo, Nigel no se relacionó con sus nuevos compañeros, y prefirió quedarse ‘con su familia de cemento’. 

Voluntarios que ayudan en las tareas de conservación de la ínsula dijeron que Nigel era “un pájaro encantador (…) pero un poco confundido -por su situación-”. Creen que probablemente fue expulsado de otra colonia, y que esa situación junto al aislamiento de años lo llevó a tener un comportamiento de aislamiento voluntario. 

Tan solo tres semanas después de que llegaran los nuevos alcatraces, Nigel murió por causas naturales en el nido que le había construido a su “pareja de cemento”. «Ciertamente me siento triste. Después de verlo sentado allí año tras año con su compañera de concreto, se siente como si no hubiera terminado cómo debería haberlo hecho. Nigel murió justo al comienzo de algo grandioso, cuando al fin comenzaban a llegar otras aves a la isla. Hubiera sido agradable si hubiese podido esperar unos años más y hubiera encontrado una compañera con la cual tener crías”, relató apenado el guardabosques. 

No obstante, Nigel es y será recordado como “el primer colonizador” de la isla: ese “es su legado”, sentencia Bell. Hace poco tiempo, Nigel fue inmortalizado en una canción que cuenta su historia y explora la diferencia entre la soledad y estar solo.

“Nos encanta antropomorfizar animales con sentimientos como la soledad. Pensé para mis adentros, ‘¿alguien le preguntó?’. Tal vez había elegido rodearse de -maniquíes-. Quizá buscaba la soledad”, dijo reflexivo Mathias Kom, el cantante de la banda BurningHell.

Finalmente, cabe recalcar que la presencia de estas aves en las islas es sumamente importante para el buen funcionamiento del ecosistema: por una parte las madrigueras que construyen también son utilizadas y compartidas por otras especies, mientras que por otra parte los excrementos y regurgitaciones de los alcatraces fertilizan el suelo, según explica el Departamento de Conservación de Nueva Zelanda. El alcatraz australiano es una especie cuyo estado de conservación se define como “preocupación menor”. Desde 1950 su población ha aumentado, aunque algunas colonias han desaparecido y otras se han reducido. 

Piuke ofrece productos dermocosméticos 100% naturales. De producción artesanal, con características curativas.

HTTPS://WWW.INSTAGRAM.COM/PIUKE_CUIDADO_NATURAL_?R=NAMETAG

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s


A %d blogueros les gusta esto: