En un panorama climático desalentador, la Conferencia mundial sobre Cambio Climático inicia rodeada de desconfianza hacia las promesas de los líderes mundiales, de incertidumbre climática y de violaciones al derecho a manifestarse.
Este domingo 6 de noviembre comenzó la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático en la ciudad turística Sharm el Sheij, Egipto. En esta oportunidad, jefes de estado, ONG´S, activistas climáticos, instituciones, dirigentes sociales y empresas privadas, se reúnen para buscar acuerdos y acciones para luchar contra el calentamiento global.
La COP inicia bajo un panorama climático desalentador, actualmente el planeta se ha calentado 1.1 C° con respecto a la era preindustrial, lo que ha provocado serios desequilibrios climáticos como: sequías extremas, olas de calor sin precedentes, catástrofes ‘naturales’ más intensas, y, en general, comportamientos meteorológicos inusuales y peligrosos. En los meses precedentes a la COP 27, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático -IPCC- lanzó dos tajantes informes que afirman que la crisis climática está destrozando vidas, medios de subsistencia, ecosistemas y comunidades en todo el planeta.
A pesar de la crudeza de estos informes, las advertencias del IPCC fueron opacadas por -entre otras cosas- la guerra entre Rusia y Ucrania, un conflicto bélico que, además de acaparar toda la atención pública durante meses, puso en Emergencia Energética a Europa e hizo que gran parte del ‘viejo continente’ volviera al uso de los combustibles fósiles más contaminantes.
Hace 7 años, países de todo el mundo firmaron el Acuerdo de París en la COP21 celebrada en Francia, allí se comprometieron a disminuir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero -GEI-, a abandonar paulatinamente las energías sucias y a conservar los ecosistemas que absorben estos gases. El acuerdo busca limitar el Calentamiento Global a 1.5 C° con respecto a la era preindustrial para reducir los cambios en los patrones climáticos generados por el aumento de la temperatura global. Sin embargo, al contrario de lo acordado, las emisiones de GEI, la dependencia de los combustibles fósiles y la deforestación ha aumentado exponencialmente.

A pesar de que las emisiones y el consumo de energías sucias deberían disminuir exponencialmente para limitar el Calentamiento Global a 1.5 C°, la Organización de Países Exportadores de Petróleo -OPEP- vaticinó que las emisiones vinculadas al petróleo continuarán aumentando exponencialmente durante el resto de la década.
Según Naciones Unidas, bajo los índices actuales, nos encaminamos a un Calentamiento Global de 2.7 C° para finales de siglo, el IPCC por su parte advierte que un calentamiento tal traería consecuencias catastroficas.
De hecho, muchos expertos aseguran que es poco probable que alcancemos el objetivo del Acuerdo de París y la prestigiosa revista The Economist publicó un artículo titulado “dile adiós a 1.5 C°” en relación a la COP africana.
“Viendo las proyecciones del informe anual del IPCC creo complejo el escenario de limitar el calentamiento global a 1.5° grados, sin embargo es necesario mantenerse optimista”, dice desde Egipto Dana Oyarzabal, Coordinadora de Incidencia Política de Jóvenes por el Clima Córdoba, al ser consultada por EcoPress.
Más allá de la incertidumbre climática, la COP 27 se desarrolla bajo una clara desconfianza hacia los discursos y las promesas de los países participantes. El mismo Centro de Investigación Constitucional de la ONU predice que esta conferencia “se enfrentará a las mismas promesas vacías y la ausencia de acciones por parte de la mayoría de los grandes países responsables del Cambio Climático”. Por su parte, la jóven activista sueca, Greta Thumberg, anuncio que no participara de esta conferencia porque las COP “no son realmente para cambiar el sistema, (…) son principalmente utilizadas como una oportunidad para que líderes mundiales llamen la atención y hagan todo tipo de greenwashing (lavado de imagen)”.

En ese sentido, la COP africana se desarrollará sin la presencia de algunos de los mayores países emisores de Co2: China (primer emisor mundial), India (tercer emisor mundial) y Rusia (cuarto emisor mundial) brillan por su ausencia en la cumbre climática.
En otra arista, uno de los mayores reclamos de los países en ‘vías de desarrollo’ es que las potencias cumplan con el compromiso asumido en la COP15 de financiar con 100.000 millones de dólares anuales la adaptación al cambio climático en los países de Latinoamérica, el Caribe y África. Mientras que las potencias mundiales harán hincapié en el abandono de las energías sucias y la transición energética.
Además de los líderes mundiales, organizaciones y activistas climáticos de todo el mundo acudieron a la COP 27 para reclamar acciones urgentes y tangibles contra el calentamiento global. Una de ellas es la agrupación Jóvenes por el Clima que “cómo jóvenes del sur global venimos a reclamar en los espacios institucionales y no institucionales que los países del norte tienen una deuda histórica para con los del sur, ya que son años de extractivismo llevado a cabo de esta manera. Además creemos necesario alzar la bandera de que existen responsabilidades comunes pero diferenciadas, ya que, otra vez, los países del norte global históricamente emitieron más Gases de Efecto Invernadero y por ende son los que más deben hacer para resolver la crisis climática. Por último, es necesario reivindicar la urgencia de la transición hacia energías limpias, siendo ésta realizada de manera justa, con una perspectiva no solo ambiental, sino también social”, explica la jóven militante cordobesa desde Egipto.
Históricamente las conferencias climáticas mundiales estuvieron rodeadas de agrupaciones ambientales y ecologistas que se manifestaban en los alrededores de la sede de la Conferencia para presionar y pedir acciones contundentes para luchar contra este problema de escala mundial. Sin embargo, la COP 27 está rodeada, además, de restricciones a la libertad de protesta.
La ONG Human Right Watch, especializada en Derechos Humanos, denunció que en los últimos días las autoridades egipcias han detenido a decenas de personas que han llamado a la manifestación y restringido el propio derecho a la protesta en los días previos al inicio de la cumbre. La organización destaca la detención del activista indio Ajit Rajagopal cuando se disponía a iniciar una marcha de ocho días desde la capital del país hasta la sede de la COP, quien fue liberado al día siguiente por la presión internacional.
También denuncia que el gobierno egipcio obliga a todos los asistentes a descargarse una aplicación que recaba información personal y que tiene acceso a la cámara, el micrófono y a la geolocalización. Además, las manifestaciones solo están permitidas en zonas designadas lejos de la sede de la cumbre y tienen que solicitarse entre 36 y 48 horas previas al desarrollo de las protestas.
Al margen de ello, hace 5 años que no se celebra una Cumbre Climática en un país áfricano, Oyarzabal considera que “es de suma importancia que las próximas conferencias sean realizadas en el sur global ya que no solo genera más expectativa, sino más exigencias para los gobiernos y mayor impacto a niveles locales”.
A pesar de la desconfianza y las bajas expectativas de cara a los resultados de la COP 27, durante las próximas semanas se desarrollarán conferencias y tratados para, en la teoría, mitigar los efectos del Cambio Climático. ¿Será la COP africana la que suponga un cambio de rumbo significativo?, lo sabremos el 18 de noviembre cuando finalice la cumbre.
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