Investigadores del Reino Unido analizaron muestras de tejido pulmonar y hallaron partículas plásticas en el 84% de las muestras. El dato más llamativo es que hallaron microplásticos en lo más profundo de los pulmones, un hallazgo que para los investigadores es “inesperado y sorprendente”. A finales de marzo otro estudio detectó plásticos en la sangre humana.
Desde su invención los plásticos se utilizan en una amplia gama de productos: los cepillos de dientes, los tuppers, las fundas de teléfonos, las ojotas y muchos otros productos están hechos con algún tipo de plástico. Además, la gran mayoría de los productos comercializados están envasados en plásticos: desde los electrodomésticos hasta los alimentos.
Según datos de Naciones Unidas, anualmente se producen unas 400 millones de toneladas de plástico a nivel global, de las cuales solo se recicla el 9%. Esta ‘omnipresencia’ plástica ha acarreado graves problemas ambientales: en los océanos del mundo hallamos cinco islas plásticas (dos en el atlántico, dos en el pacifico y una en el indico), la más grande se encuentra en el pacifico norte y es similar al tamaño de España, además se han hallado partículas plásticas en lugares recónditos como la cima del Everest, el Ártico o la Antártida. Se estima que anualmente arriban a los océanos entre 8 y 12 millones de toneladas de plásticos. En los ecosistemas terrestres el panorama es similar: hay microplásticos presentes en el aire de las zonas urbanas y en la red de agua de algunas ciudades.
El plástico al entrar en contacto con diferentes factores ambientales se va debilitando y degradando en pequeños pedacitos: los microplásticos son partículas menores a 5 milímetros y los nanoplásticos son casi microscópicos, por eso su presencia suele pasar desapercibida.

Estos sintéticos ya han ingresado a la cadena alimenticia, por ejemplo: el zooplancton marino ingiere los microplásticos disueltos en los mares, el zooplancton resiste a estos polímeros; pero al ser la base de la pirámide alimentaria marina, las demás especies consumen al plancton e ingieren el plástico, esto se replica durante toda la cadena alimentaria hasta arribar a las pescaderías. En tierra firme la situación es semejante: un estudio de la Universidad de Catania -Italia- encontró fibras plásticas en alimentos como zanahorias, lechugas, brócoli, papas, manzanas o peras, otro estudio demuestra que los microplásticos están penetrando las raíces de los alimentos cultivados en el suelo.
Sumado a eso, una investigación de la Universidad de Newcastle -Australia- llegó a la conclusión de que los humanos ingerimos unos 5 gramos de plástico a la semana, unos 240 gramos anualmente. Otros estudios han demostrado que también bebemos y respiramos plásticos.
Por estas, y otras, razones, se han hallado microplásticos en las placentas de algunas madres, en los desechos biológicos de algunas personas y, recientemente, la Universidad Libre de Amsterdam -Holanda- encontró estas micro partículas en el torrente sanguíneo de las personas.
Ahora, la Universidad de York -Reino Unido- ha encontrado microplásticos en lo más profundo de los pulmones: el 84% de las muestras analizadas poseía partículas plásticas.
Se tomaron muestras de tejido pulmonar de 13 pacientes sometidos a cirugía y hallaron microplásticos en 11 muestras. Los polímeros más comunes eran polipropileno, utilizado en la mayoría de envases, y PET -tereftalato de polietileno- utilizado en la mayor parte de botellas plásticas. Anteriormente habían encontrado estas partículas en los pulmones de cadáveres sometidos a autopsias.
Otros análisis habían encontrado la presencia de estas partículas en el aire de algunas ciudades, los investigadores de la universidad británica esperaban hallar plásticos en el tejido pulmonar, sin embargo hicieron un hallazgo que para ellos es “inesperado y sorprendente”.
«No esperábamos encontrar el mayor número de partículas en las regiones inferiores de los pulmones, ni partículas de los tamaños que encontramos», afirma Laura Sadofsky, de la Facultad de Medicina de Hull York, autora principal del estudio. «Es sorprendente, ya que las vías respiratorias son más pequeñas en las partes inferiores de los pulmones y habríamos esperado que las partículas de estos tamaños se filtraran o quedaran atrapadas antes de llegar tan profundo», agregó.
«Este es el primer estudio sólido que muestra la presencia de microplásticos en los pulmones de personas vivas», añade.
El estudio publicado por la revista Science of the Total Environment detalla que se encontraron 11 microplásticos en la parte superior del pulmón, siete en la parte media y 21 en la zona inferior.
Además, los niveles de microplásticos eran considerablemente mayores en los hombres que en las mujeres, señala un comunicado de la citada Facultad.
Desde que se sabe que los humanos ingerimos y respiramos plásticos, los científicos están investigando los posibles efectos que pueden provocar en la salud humana. Hay que profundizar en los estudios para saber si la exposición a los microplásticos supone una amenaza para la salud pública.
Por su parte, Naciones Unidas y otras organizaciones e instituciones, aseguran que el reciclaje no es la solución -total- e instan a reducir la fabricación de plástico, en especial los descartables y, en la medida de lo posible, sustituirlos por materiales menos perjudiciales para el ambiente y la salud.
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