La provincia habilitó la caza de jabalíes, liebres y vizcachas.
La provincia de San Luis difundió la normativa vigente para el 2022. Al igual que en años anteriores, la caza de jabalíes, liebres y vizcachas solo se permite en campos privados y con la autorización escrita del dueño.
La caza de liebre y vizcacha está habilitada hasta el 31 de agosto, en tanto la caza del jabalí está permitida hasta el 31 de diciembre.
HISTORIA:
El primer coto de caza del país se fundó a principios del siglo XX en La Pampa, en un predio de 23.000 hectáreas llamado “Establecimiento San Humberto”. Este fue fundado por Pedro Olegario Luro, hijo del fundador de Mar del Plata y esposo de Arminda Belén Roca -sobrina de Julio Argentino Roca-. El predio fue apropiado por la familia Roca en la sangrienta campaña del desierto.
Para hacerlo funcionar, Luro importó jabalíes y ciervos colorados desde la región de Los Cárpatos (una zona montañosa de Europa Oriental). En el año 1909, varios ejemplares de estas especies fueron liberados en un cercado de 800 hectáreas en dicho coto.
El primer coto argentino se sustentaba gracias a los ‘turistas de caza’ europeos, pero luego de la Primera Guerra Mundial estos dejaron de llegar al “San Humberto”, y Luro comenzó a endeudarse, a tal punto que no pudo seguir financiando el mantenimiento de la infraestructura.
La infraestructura de este coto se deterioró tanto que los jabalíes y ciervos escaparon del predio y poblaron el centro del país.
Por su parte, la distribución original de la liebre abarca desde el norte de Europa hasta Medio Oriente. La llegada de esta especie a Sudamérica data del año 1888 cuando 36 ejemplares fueron introducidos en Quebrada de Gomez, Santa Fe. Posteriormente se llevaron a cabo otras tres introducciones de la especie en Argentina y Chile.
Al igual que los jabalíes, las liebres también se expandieron por la región.
ESPECIES EXÓTICAS INVASORAS:
Cuando una especie exótica llega a un nuevo territorio pueden ocurrir dos cosas: puede no adaptarse al nuevo hábitat y extinguirse localmente, o puede adaptarse demasiado bien y poner en peligro a la biodiversidad nativa.
En el caso de las liebres y los jabalíes sucedió lo segundo.
Los jabalíes, al tener altas tasas reproductivas y no tener depredadores naturales, se expandieron rápidamente por el centro del país. La presencia de esta especie en la región acarrea varias consecuencias: desplaza a la fauna nativa -como el pecarí de collar- y cambia la estructura del suelo, destruyendo la cobertura vegetal y los bancos de semillas naturales, alterando el equilibrio ecosistémico de los ambientes. De hecho, esta especie se incluye en la “Lista de las 100 Especies Exóticas Invasoras más Dañinas del Mundo”, elaborada por la Unión Internacional Para la Conservación de la Naturaleza -UICN-.

Las liebres, al poseer una alta tasa reproductiva, se expandieron hacia el Norte, Sur, Este y Oeste y actualmente se distribuyen desde la Patagonia hasta la región de Tacna, Perú. Se estima que esta especie tiene una velocidad de dispersión de 44 kilómetros al año.
Esta especie también altera el equilibrio nativo, entre otras cosas desplaza a algunas especies autóctonas y supone una mayor oferta de presas para los depredadores, aumentando el número de estos, que también cazan a las especies nativas. Además compiten por alimento con las especies locales y dañan la estructura del suelo.
La liebre es considerada plaga por el Sistema Nacional Argentino de Vigilancia y Monitoreo de Plagas.

CAZA:
Considerando las repercusiones negativas de estas especies en los ecosistemas nativos y “que la caza es una actividad fuertemente arraigada en la cultura y la tradición de San Luis y representa, en muchos casos, una fuente de proteínas para familias de escasos recursos. (…) la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Parques considera oportuno habilitar la caza deportiva de jabalí y liebre”, ya que su control poblacional “contribuye a las políticas ambientales de la Provincia, beneficiando la conservación de los ambientes naturales y especies nativas”, relata la Secretaría de Ambiente y Parques de la provincia, habilitando y reglamentando la caza de ambas especies.
La secretaria de Ambiente detalla que solo se pueden cazar 5 liebres por excursión y por permiso de caza, en tanto la caza de jabalíes no tiene límite de ejemplares cazados, agrega que no se pueden cazar crías ni ejemplares juveniles. También reglamenta el uso de las armas de fuego y las modalidades de caza consideradas “deportivas”.
Además, subraya que no se puede cazar en terrenos públicos, en Áreas Naturales Protegidas, en ejidos de urbanizaciones, ni en proximidades a ríos, arroyos o diques. También prohíbe la caza de cualquier otra especie.