En época de campaña las ciudades argentinas se ven colmadas de ‘basura electoral’, estos desechos panfletarios se suman a la ya naturalizada basura urbana. ¿Cuántas boletas se imprimen para las elecciones? ¿Cuánto le cuesta al Estado la imprenta de estos panfletos? Y ¿Cómo repercute en la desforestación?, todo esto te lo explicamos en esta nota.
Este 14 de noviembre los argentinos ejercen su derecho a voto y, mediante el sufragio, renuevan las bancas legislativas. En todo el país los diferentes partidos y dirigentes políticos realizan sus actos de campaña y reparten panfletos por los barrios de las ciudades con el objetivo de convencer a los ciudadanos de que los voten. La mayoría de estas boletas terminan siendo desechadas y acrecientan la basura de la ya contaminada ciudad.
En EcoPress ya hemos hablado de la ausencia de lo ambiental en la campaña electoral y hemos observado como la mayoría de los candidatos ejercen una ‘política de cosmética’ respecto a la ecología, no deja de ser llamativo el hecho de que un candidato proponga aumentar el reciclaje y disminuir la generación de basura y luego ver un folleto con su rostro merodeando en alguna esquina de la ciudad.

La Dirección Nacional Electoral –DINE- dispuso en junio que el estado debe pagar 1,33 pesos por cada boleta, ese número hay que multiplicarlo por un padrón y medio de electores en cada provincia, y cada lista debe imprimir boletas para un padrón y medio, no vaya a ser que falten.
Por ejemplo, en la provincia de San Luis hay 394.472 personas habilitadas para votar, por lo que; cada lista que se presenta a las elecciones debe imprimir alrededor de 591.708 boletas solo para las elecciones. Para estas generales se presentan cinco candidatos para las bancas nacionales, entonces, teniendo en cuenta estos datos y multiplicando, en total se deben imprimir más de 1.380.652 boletas. A eso hay que sumar los panfletos de los partidos que solo se presentan a las bancas provinciales.
Según el Partido Verde, más de 200 mil árboles son talados solo para imprimir boletas electorales. Y a pesar de la gran disponibilidad de material para imprimir panfletos con papel reciclado, la mayoría de folletos son de un blanco pulcro, lo que nos indica que es papel ‘virgen’.
Por estas razones el Partido Verde, Juntos por el Cambio y otros partidos opositores, proponen la utilización de la boleta única papel; una boleta que contiene a todos los candidatos y el elector solo debe marcar el candidato que desea votar. Este formato de sufragio surgió por primera vez a mediados del siglo XIX en Australia y con el tiempo muchos países -como Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, Colombia o Perú- adoptaron, con sus variantes, la boleta única papel. De hecho, en Latinoamérica solo dos países utilizan el sistema de una boleta por partido; Argentina y Uruguay.
Muchos partidos de la oposición han lanzado la campaña “Boleta Única es Mejor”, los políticos sostienen que con este cambio se ahorrarían 3.000 millones de pesos por elección. Otro de los factores ambientales que hay que tener en cuenta, además de la madera utilizada para la producción de papel, es el combustible que se utiliza para la distribución de las boletas y el consumo de agua para producir el papel. Además la mayoría de boletas son impresas a color, lo que dificulta su posterior reciclaje.
«La Boleta Única de Papel implicaría un ahorro de 3.000 millones de pesos, un método ecológico y sustentable usando menor cantidad de papel. Garantiza que los candidatos estén en todas las mesas, evitando diferencias entre partidos», escribió en Twitter Graciela Ocaña, Diputada Nacional.
Apoya al periodismo ambiental autogestivo donando mediante Mercado Pago al alias “Eco-Press”.
