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Investigan el impacto de la ganadería en la fauna silvestre del Chaco Árido sanluiseño

Una investigación del IMIBIO analiza el impacto de la ganadería en los mamíferos nativos del Chaco Árido de San Luis, comparando los dos sistemas de pastoreo predominantes y sus efectos sobre la naturaleza. La investigación se desarrolla en una zona poco estudiada y examina los beneficios para la fauna silvestre del pastoreo rotativo.
Por Maico Martini.

Una investigación del Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas –IMIBIO-, dependiente del Conicet y la UNSL, analiza el impacto de la ganadería en los mamíferos nativos del Chaco Árido de San Luis, al noroeste de la provincia, comparando el impacto ambiental del pastoreo continuo y del pastoreo rotativo, y examinando los posibles beneficios ecológicos de este último. La investigación se realiza en una zona poco estudiada, pero mucho mejor conservada que otras áreas chaqueñas gravemente degradadas, además, en esa zona de la provincia la ganadería bajo monte es la principal actividad económica, por eso resulta un lugar clave para estudiar el impacto de la ganadería en la fauna silvestre.

La investigación se lleva a cabo en dos estancias, una que realiza pastoreo continuo y otra que práctica pastoreo rotativo, monitoreando el impacto de la ganadería mediante estudios de campo y cámaras trampa. “Lo que yo quiero ver es si el pastoreo rotativo tiene un impacto positivo en la fauna silvestre, especialmente en los herbívoros nativos y en los pastadores como la mara, la vizcacha, el conejo de los palos o la corzuela”, explica Francisco Molina, biólogo y becario del IMIBIO, a cargo de la investigación.

Al ser consultado por EcoPress, Molina explica que “el pastoreo rotativo implica que la mayor parte del campo este sin ganado en todo momento y que los animales siempre estén acotados a una pequeña fracción, y esa ausencia del ganado debería tener un efecto positivo (…). Es algo que ya se ha estudiado en otras partes del mundo, hay evidencias que indican que el pastoreo rotativo es beneficioso para la biodiversidad, pero se ha estudiado muy poco en la región del monte chaqueño y en la región del chaco árido no se han hecho estudios de este tipo”, señala.

Para estudiar los beneficios del pastoreo rotativo a la fauna silvestre del Chaco Árido, la investigación se divide en mamíferos medianos o grandes y en mamíferos pequeños. “Para los mamíferos medianos o grandes utilizo el método de cámaras trampa, aplico una grilla de cámaras trampa y la idea es estudiar distintos lugares del noroeste de San Luis, empezamos con el primer monitoreo en la Estancia El Corralito, una reserva privada que también practica la ganadería con pastoreo rotativo, pusimos cámaras ahí y en la Estancia La Pelada, que practica pastoreo continuo, ahí estoy haciendo la primera comparación de varias”, explica el investigador.

/Cortesía/.

Para los pequeños mamíferos usamos tramas de captura viva, hacemos un muestreo único anual, en el que disponemos una transecta donde cada un kilómetro ponemos una línea perpendicular de 25 trampas –cada un metro-, colocamos un total de 250 trampas durante tres o cuatro noches, las cebamos con avena y a primera hora de la mañana las vamos a revisar a ver su capturamos algún ejemplar. A los individuos que caen los identificamos a nivel de especie, le tomamos medidas corporales básicas y luego los liberamos”, detalla Molina. El análisis se realiza siguiendo los métodos del Programa de Pesquisas Biológicas, que propone una serie de métodos de monitoreo de la biodiversidad validados por la comunidad científica internacional.

“Hago salidas de distinta duración, en general entre tres días y una semana, dependiendo del trabajo que haya que hacer o de la cantidad de asistentes que puedan acompañarme. Paramos en El Corralito gracias a la gentileza de la familia y básicamente estamos todo el día caminando en el monte para llegar a los sitios donde instalamos las cámaras, también hacemos mediciones para caracterizar la estructura de la vegetación y la biomasa de gramíneas y herbáceas”, explica el investigador.

Si bien la investigación aún está en curso, Molina dice que “a simple vista se nota la diferencia entre el pastoreo rotativo y el pastoreo continuo”. Por ejemplo, “una impresión llamativa es que a las maras solamente las vemos en El Corralito, que practica pastoreo rotativo, no las hemos visto en el campo vecino que practica pastoreo continuo. Tiene sentido porque el pastoreo rotativo cuida más las pasturas y ofrece una mayor disponibilidad de pasturas, y la mara es la única especie nativa cuya dieta se compone principalmente de pastos, los otros herbívoros comen una mezcla de pastos, arbustos, árboles o frutos”, subraya.

Por otra parte, en el muestreo único de mamíferos pequeños “tuvimos una baja cantidad de captura, en cuatro noches solo capturamos a cinco individuos de 250 trampas, eso se debe a las fluctuaciones de los roedores en su dinámica poblacional, que algunos años son muy abundantes y en otros no”, detalla Molina. También cuenta que las cámaras trampa han detectado a las especies comunes del lugar, como el pecarí de collar, la corzuela parda, la mara, el conejo de los palos, el puma, el gato montés o el jabalí -una especie invasora perjudicial para la fauna nativa-. “Ya tengo todas las fotos, pero todavía las estoy analizando, porque cada cámara saca entre 200 y 10.000 fotos, y tengo que revisar cada imagen, ver si detectó un animal y ver de qué especie es”, añade.

Además de los beneficios para la biodiversidad, “se espera que el pastoreo rotativo tenga otros beneficios al distribuir mejor el impacto del ganado sobre el suelo, mejorando la infiltración del agua y distribuyendo mejor los desechos del ganado que funcionan como fertilizantes”, mejorando la productividad del campo, vaticina el investigador del IMIBIO. “Espero que esta investigación tenga un doble propósito, por un lado, tener información base de la fauna nativa del bosque chaqueño de San Luis y, por otro lado, ojalá pueda tener implicancias prácticas para incentivar manejos que conserven el bosque y sean compatibles con las actividades productivas”, concluye Molina.

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