El Gobierno Provincial de Chubut, puso en práctica una ley anacrónica que dispone el uso de fondos públicos para incentivar monetariamente la caza de la fauna nativa, implementada a pedido de los productores ganaderos de la provincia.

Nuevamente, el gobierno de Mariano Arcioni se ha ganado el repudio de los ambientalistas, conocido por querer implementar la actividad megaminera en la provincia, Arcioni está constantemente en el ojo de la tormenta en lo que respecta a la irresponsabilidad ambiental. Ahora puso en práctica la Ley XVII- Nº 52, que establece incentivos monetarios para los cazadores de predadores nativos, se pagaran: 1.000 pesos por cada piel de zorro colorado y 5.000 pesos por piel y cráneo de puma.
La promulgación de la Ley responde a un pedido de los productores ganaderos de la provincia, ya que, eventualmente, estos animales toman como presa al ganado.
Además, se creó una Comisión de Control de las Especies Depredadoras de la Ganadería, esta comisión está representada por la sociedad civil únicamente a través de la Federación de Sociedades Rurales de la Provincia de Chubut, es decir; la Comisión la conforman los ganaderos que solicitaron la implementación de la norma.
Otras implicancias de la Ley incluyen capacitaciones para colocar trampas de caza y obligar a los propietarios de los campos a controlar estos predadores, o colaborar para que otros lo hagan, como la contratación de cazadores profesionales.
La disposición desato una fuerte polémica en la provincia, especialmente entre los ambientalistas y conservacionistas, y alcanzo repercusión nacional luego de que la Fundación Vida Silvestre le enviase una carta al mandatario chubutense para manifestar y argumentar su rechazo.

«El conflicto entre productores agropecuarios y animales silvestres es tan antiguo como la actividad misma. Desde entonces, y con un énfasis dramático en las últimas décadas, los ecosistemas silvestres y las especies que los habitan fueron perdiendo esta disputa sin consideración de los impactos negativos en términos de la riqueza de la biodiversidad», señala la organización.
Además, advierte sobre el impacto negativo que produce en el ambiente la ganadería a gran escala, mientras que la fauna y flora autóctona brinda «servicios ambientales como la calidad del agua, de los suelos, secuestro de gases de invernadero, control de especies portadoras de zoonosis, etc.».
«El incentivo económico para la matanza de animales silvestres nativos demuestra grandes retrocesos en nuestra sociedad y acentúa la preocupación sobre prácticas productivas negativas para el ambiente«, afirma Vida Silvestre.
Y reclama «planes de manejo de estas especies que estén basados en información técnica sólida para evaluar su situación poblacional, identificar claramente los problemas o conflictos con las actividades productivas, y analizar diferentes alternativas para solucionarlos».
Finalmente, señala que «los predadores tope —como los zorros y pumas— son un eslabón fundamental en los ecosistemas y esto incluye sinergias positivas incluso con la actividad agropecuaria: en la práctica, la mayoría de zorros y pumas no predan sobre animales domésticos». Además «poblaciones sanas de predadores previenen explosiones demográficas de otras especies como liebres europeas y guanacos».
También lanzo una campaña a través de la plataforma Change.org solicitando firmas de la ciudadanía para reforzar el pedido de derogación de la ley, a la que se puede suscribir desde:

Redacción realizada con información de Minuto1