Según la Agencia Internacional de la Energía, la transición energética con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, cuadruplicara la demanda de minerales requeridos para la construcción de tecnologías de energías renovables.

Limitar el calentamiento global a los objetivos del Acuerdo de Paris cuadruplicará en 20 años la demanda de minerales dedicados a la construcción de tecnologías de energías limpias.
La Agencia Internacional de la Energía –AIE- advierte que si la transición energética fuese más rápida, con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono a mediados de siglo, la demanda de minerales requeridos para la construcción de tecnologías de energías renovables se multiplicara considerablemente.
Por ejemplo, un automóvil eléctrico requiere seis veces más minerales que uno convencional y una instalación de aerogeneradores eólicos precisa nueve veces más mineral que una central de gas con una capacidad de generación equivalente.
La AIE advierte que si no se actúa para satisfacer la demanda creciente de los minerales fundamentales para los vehículos eléctricos y sus baterías, para las redes eléctricas o para los aerogeneradores, las metas de contención del Calentamiento Global podrían quedar comprometidas.
Según las estimaciones de la agencia, en un escenario en el que se materializara el Acuerdo de París –que busca limitar el Calentamiento Global a 1.5 grados centígrados-, el desarrollo de automóviles eléctricos y sus baterías supondría multiplicar por 30 el consumo de minerales para esos usos en 20 años.
La mayor subida sería para el litio, para el que la demanda se multiplicaría por 32; para el grafito, por 25; para el cobalto, por 21; para el níquel, por 19; y para las tierras raras por siete.
En paralelo, el reforzamiento y la extensión de las redes eléctricas para dar cobertura a las energías renovables significaría al menos duplicar el consumo de cobre.
Además, la generación de electricidad con procedimientos de bajas emisiones de dióxido de carbono -en particular con energía eólica y solar- se traduciría en triplicar las necesidades en minerales para esa actividad.
Los autores del estudio hacen hincapié en que, ante esta perspectiva, hay debilidades que podrían ocasionar retrasos o perjuicios en la oferta de estos materiales y una gran volatilidad en los precios que complicarían la transición energética.
Si bien, el objetivo de la AIE es advertir esta situación e instar a los gobiernos a aumentar y acelerar la explotación de estos recursos en pos de evolucionar a un sistema energético más limpio. La minería es sumamente contaminante y causa graves daños en la biodiversidad, por lo que este sistema energético, “limpio” no es.
Por ello, una forma de disminuir la presión minera sobre el ambiente es: reducir la cantidad de material utilizado mediante la innovación tecnológica y recurrir al reciclaje.
Además –desde nuestro punto de vista-, es crucial alargar la vida útil de los productos electrónicos y abolir la obsolescencia programada. Ya que actualmente, debido a la corta vida útil de los productos y al nulo reciclaje, encontramos más oro en un basurero electrónico que en una mina.
También es sumamente necesario ser más eficientes energeticamente y ahorrar en el consumo energetico.
Según estima la AIE, para el 2040 el reciclaje de cobre, litio, níquel y cobalto de las baterías que lleguen al final de su vida útil podría satisfacer el 10% de la necesidad de esos minerales.
Fuente:
EFE