, , , ,

Reciclando a contracorriente: la lucha de los Recuperadores Merlinos contra la desidia política

En 2023, la Cooperativa de Recuperadores Merlinos Unidos marcó un gran precedente en la provincia al constituirse como la primera organización de este tipo en San Luis. Cada mes recuperan unas 60 toneladas de cartones, latas, plásticos y botellas, reinsertándolas a la industria y evitando que sean enterradas o incineradas. Sin embargo, la Municipalidad de la Villa de Merlo quiere desalojarlos de la planta de reciclaje argumentando “pérdidas económicas”.
Por Maico Martini.

El 17 de julio empezaba como un día más en la rutina de los cartoneros nucleados en la Cooperativa de Recuperadores Merlinos Unidos, el sol calentaba la mañana y los recicladores iniciaban sus tareas rutinarias: mientras unos recorrían las calles y los comercios de la ciudad recolectando cartones, latas y plásticos, otros se encontraban en la planta clasificándolos y enfardándolos. La jornada transcurría con normalidad, hasta que un intempestivo anuncio del intendente rompió con la tranquilidad matutina: pidió que la Cooperativa desaloje el Centro de Reciclado Municipal.  

La inesperada medida tomó por sorpresa tanto a los recicladores como a la comunidad merlina, ya que apenas unas semanas antes la comuna había firmado un convenio con la Cooperativa para trabajar conjuntamente en el programa Re-Promo, con el objetivo de incentivar el reciclaje en las escuelas. “Fue muy triste. Acá hay gente trabajando, y los compañeros decían: ‘nos vamos a quedar sin laburo, vamos a perder el trabajo’. Yo estaba re mal, lloraba, pensaba ‘¿Por qué tenemos que tirar todo a la mierda después de tanto esfuerzo?”, recuerda Elizabeth Schibert, tesorera de la Cooperativa.

A través de un comunicado, el municipio argumentó que los recuperadores generan “perdidas económicas insostenibles” para la comuna, por lo que buscaba asumir “el control directo y la gestión integral de la Planta de Reciclado”. Tiempo después, en una entrevista concedida a Merlo TV, el Intendente interino, Leonardo Rodríguez, sostuvo que el Centro de Reciclaje es “un espacio que nosotros, con recursos de todos los merlinos, alquilamos”, y opinó que “no es justo que paguemos todo eso, son más de 3 millones de pesos por mes, a costillas de todos los merlinos”. Sin embargo, la realidad es que el propietario del predio, el Sr. Ricardo Labat, impulsó la intimación de desalojo ante el impago del alquiler del lugar.  

Ante esta situación, la Cooperativa no se quedó de brazos cruzados y se mantuvo firme en el Centro de Reciclado para defender su lugar de trabajo. Por su parte, muchos vecinos y colectivos locales se hicieron presentes en el lugar para manifestar su apoyo y exigir que la planta de reciclaje siga operando en manos de los recicladores urbanos organizados. “Eso te hace sentir que es importante el laburo que hacemos”. “Lo más importante es que se afianzó el vínculo con la comunidad, con las distintas organizaciones, las distintas entidades, con el vecino, nos dicen: ´no bajen los brazos’”, celebra Elizabeth. “Incluso hay vecinos que nunca venían, y ahora empezaron a traer los residuos para apoyarnos”, añade Gerardo Domínguez, presidente de la Cooperativa, en comunicación con EcoPress.

Actualmente, el proceso de desalojo se encuentra paralizado y la Cooperativa continúa recuperando y clasificando miles de kilos de cartón, vidrio, latas y plásticos para su posterior reciclaje, evitando que cientos de toneladas de residuos sean enterradas, incineradas o desechadas en basurales. No obstante, en la planta se vive una situación de tensa calma, ya que el problema de fondo no se resolvió. “Nosotros queremos solucionar: tenemos puestos de trabajo, la Cooperativa ¿Cómo hacemos para mejorarlo? Si nosotros estamos trabajando bien ¿Por qué vienen de un día para el otro a echarnos?”, se pregunta Elizabeth.

Un programa desmantelado

Los Recuperadores Merlinos Unidos marcaron un gran precedente en la provincia al constituirse como la primera Cooperativa de reciclaje de San Luis, gracias al apoyo del Programa Argentina Recicla. Elizabeth cuenta que empezaron a cartonear en 2021, a fines de la pandemia, en un contexto económico desfavorable donde las oportunidades laborales escaseaban. En esa situación, observaron que la Villa turística genera grandes cantidades de residuos que pueden aprovecharse, e hicieron del reciclaje su trabajo.

Comenzaron a recolectar cartones con un carrito, los juntaban en el patio de la casa de un amigo y, cuando tenían una cantidad considerable, los vendían. Con el paso del tiempo, la Municipalidad les ofreció un galponcito para que puedan trabajar en mejores condiciones y el proyecto fue tomando forma, también consiguieron una prensa manual para enfardar los reciclables, “teníamos que apretar con un fierro y sacábamos los fardos de cartón, era agotador”, grafica Elizabeth. “Un día, se acerca la secretaria de Ambiente de Merlo, Marita Cuello y el director de Ambiente, Aníbal Cattaneo. Nos dicen que se acercaron a la Nación con el Programa Argentina Recicla y nos contaron” sobre la iniciativa, recuerda.

Se trataba de un programa del –por entonces- Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, creado en mayo del 2021 con el objetivo de promover la inclusión social de los recuperadores informales, mejorar sus condiciones laborales, aumentar el reciclaje y, en suma, mejorar la capacidad del sector. El programa se implementaba con la colaboración de los municipios de todo el país, al ser los encargados de la recolección de residuos, financiando proyectos para aumentar y mejorar el reciclaje.

Después “hablamos con la gente del Programa y nos dijeron que le iban a bajar un financiamiento bastante grande al municipio para el armado de un centro de reciclado, para que compren las maquinarias y para que podamos trabajar dignamente. La chica –del Ministerio- nos recomendó que armemos un equipo, una Cooperativa, para que esto siga funcionando y para tener más peso ante un intento de desalojo. O sea, la chica ya sabía lo que iba a pasar”, subraya Elizabeth.

“Ahí empecé a capacitarme sobre Cooperativas, porque no tenía idea, hice un curso en la Universidad de Los Comechingones sobre Gestión en Cooperativas, eso me ayudó muchísimo porque me vinculé con gente que sabía sobre el tema. Armamos un equipito de cinco y en noviembre del 2022 nos llegó la Personería Jurídica, el número de matrícula y el acta constitutiva de la Cooperativa, también nos dimos de alta en la AFIP y en el banco. Luego comenzamos a contactar a las industrias grandes para poder venderles el material, todo se armó bastante rápido”, celebra. 

“En diciembre nos avisan desde Nación que ya habían depositado la plata, en febrero del 2023 nos compran las maquinarias, la prensa, la camioneta y todo, finalmente en abril se inaugura el Centro Municipal de Reciclado”, detalla. Todo parecía marchar viento en popa, los recuperadores no solo habían conseguido un lugar acorde para trabajar, sino que también habían recibido una prensa mecánica, un montacargas y una camionetita para recolectar los residuos. Además, más personas se asociaron a la Cooperativa y comenzaron a trabajar en la planta, aumentando la cantidad de kilos de residuos recuperados y disminuyendo su impacto ambiental.

Sin embargo, a fines del 2023 la política nacional dio un giro de 180 grados y la situación de la Cooperativa cambió drásticamente. Una de las primeras medidas adoptadas por el gobierno de Javier Milei fue disolver el Ministerio de Desarrollo Social, bajo cuya órbita funcionaba el Programa Argentina Recicla, además, se flexibilizaron las importaciones de residuos y los precios del material cayeron drásticamente. De pronto, cientos de organizaciones de recuperadores de todo el país vieron cómo se desmantelaba el Programa que los ayudó a crecer, quedando desamparados en medio de la crisis socioeconómica.

Las consecuencias de estas medidas son notables: se redujo considerablemente la cantidad de material reciclado y se perdieron miles de puestos de trabajo a nivel nacional. Sin ir más lejos, la Cámara Argentina de la Industria de Reciclados Plásticos advirtió que en 2024 cayó un 20% el volumen de plástico reciclado en el país, también detalló que la industria del reciclado se encuentra trabajando al 50% de su capacidad. Por su parte, la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores señaló que la cantidad de personas trabajando en cooperativas de reciclaje disminuyó en un 44,4%, pasando de 18.000 trabajadores en 2023 a 10.000 en 2025.

¿Qué les Pintó?

Tras la inauguración del Centro Municipal de Reciclado, la agencia oficial de noticias de Merlo publicó una nota celebrando que “esta iniciativa conjunta liderada por la gestión municipal del –por entonces- Intendente Juan Álvarez Pinto y la Cooperativa de Recuperadores Merlinos Unidos representan un compromiso firme con la sostenibilidad y la generación de empleo”. La planta de reciclaje “no solo es un lugar de procesamiento de residuos, sino también un faro de esperanza para un futuro más verde y próspero. Villa de Merlo, bajo el liderazgo de su actual gestión, se enorgullece de dar este paso en la dirección correcta”.

Inauguración del Centro Municipal de Reciclado, 10 de abril del 2023. /InfoMerlo/.

No obstante, a pesar de estas adornadas declaraciones, ese “compromiso firme” se desvaneció rotundamente con el cierre del Programa Argentina Recicla. “Desde diciembre del 2023, desapareció la Municipalidad; no existimos, no le importamos. Nos cae una demanda judicial por parte del propietario, que se la hace al municipio, porque nunca pago el alquiler”. “De un día para el otro, el Intendente lo citó a Gerardo y le dijo ‘hoy me dejan el Centro de Reciclado’”, lamenta Elizabeth.

Para intentar respaldar su posición, el municipio difundió un comunicado anunciando que tomaría el control de la planta de reciclaje, bajo el argumento de que “la gestión deficiente por parte de la Cooperativa ha provocado pérdidas recurrentes que comprometen los recursos públicos”, representando “una carga financiera crítica para el municipio, pese a que se han cubierto todos los costos operativos (alquiler, energía eléctrica y salarios del personal)”.

Ante esta acusación, Elizabeth responde con contundencia: “dicen que pagan empleados ¿Qué empleados pagan? Si nosotros somos una Cooperativa de trabajo, somos todos monotributistas, no tengo ningún trabajador del municipio acá”. “Nosotros firmamos a alguien que viene a trabajar, esa persona trabaja dos o tres semanas, cuando vemos que tiene interés en el proyecto lo asentamos en el libro de actas como un asociado de la Cooperativa. Nosotros no podemos ponerlo en blanco, sino que ese socio después se hará el monotributo social, y es un socio más”.

Este método de organización y de trabajo que describe Elizabeth condice con lo establecido por la Ley Nacional de Cooperativas N° 20.337. A grandes rasgos, se trata de una organización desjerarquizada, sin patrones ni empleados, donde cada socio, más allá de su función particular, tiene voz y voto en la administración del proyecto. Además, puntualmente en el caso de los recuperadores, tienen flexibilidad horaria, “en la entrada hay una planilla donde el que viene a trabajar anota sus horarios, según las horas trabajadas yo hago la cuenta para pagarle a cada uno lo que le corresponde. Todos cobran por igual, 3.750 la hora”, detalla. 

“O sea, el –intendente- sale a acusarnos de cosas que ni sabe. No sabe el funcionamiento de una Cooperativa de trabajo, no tiene ni idea”, subraya. Por otra parte, ante la recriminación de que la planta de reciclaje genera pérdidas económicas, sostiene que “el único actor beneficiado es el municipio, porque se está ahorrando un montón de plata gracias a nuestro trabajo, se está reduciendo el volumen de residuos gracias a nosotros”.

En ese sentido, explica que la Municipalidad tiene que pagar para llevar la basura que se genera en la Villa a la planta provincial de tratamiento y de reciclado El Jote, por lo que cada tonelada recuperada por la Cooperativa representa un ahorro significativo para la comuna. “Otra cosa ¿Cómo el Municipio va a decir ‘nosotros no estamos ganando de esto’? ¿Qué es lo que necesitan ganar? ¿La plata que te estas ahorrando de la planta El Jote no es ganancia?”, se pregunta Elizabeth. “Que nosotros nos quedemos sin laburo no es un problema para ellos”, lamenta.

Por su parte, Gerardo considera que “cuando dicen que no generamos ganancia ya están equivocados en el concepto. Tu objetivo no es que el municipio gane plata, sino que mejore la calidad de los vecinos, creo que es lo más obvio. Además, no sé qué rentabilidad quieren sacar de algo en lo que no invirtieron ni un peso”.

“¿Para qué usaron la plata?”

“¿Dónde está la plata de Argentina Recicla? Porque no llegó todo lo que tenía que llegar, acá a nosotros nos faltaron muchas cosas, muchas herramientas”, denuncia Elizabeth, sugiriendo que el interés municipal por adherir al Programa no era, precisamente, el reciclaje. Uno de los ejemplos que menciona es que la Nación “mandó varias prendas para cada integrante de la Cooperativa y a nosotros solo nos dieron una remerita, un pantalón y unos zapatos para cada uno”. También cuentan que recibieron el montacargas roto y que tuvieron que arreglarlo por su cuenta, o que se facturaron cosas que no llegaron, como combustible, productos de limpieza o arreglos.

“Cuando el municipio firma la adhesión al Programa Argentina Recicla, firma un convenio entre la Nación y la Cooperativa. Ahí dice bien clarito que el municipio se hace responsable del pago del alquiler, de los servicios y que le iba a pagar el combustible a la Cooperativa durante un año, un combustible que nunca nos dieron”, explica la tesorera. Sin embargo, “acá hay una orden de desalojo porque no pagaron el alquiler desde que firmaron el contrato con el dueño”, insiste.

Asimismo, resalta que “no cerraron el expediente, porque falta cerrar las facturaciones”. Ante este contexto, la Cooperativa se dirigió al Concejo Deliberante de Merlo y solicitó hacer uso de la banca ciudadana. Frente a los ediles, presentaron documentación para respaldar su posición y defendieron su trabajo con convicción: “somos la única Cooperativa de Recuperadores Urbanos de la provincia y generamos un cambio cultural en la sociedad con nuestro trabajo”, dijo Gerardo en aquella ocasión.

Gerardo Domínguez, presidente de la Cooperativa. /El Corredor Noticias/.

A su turno, el secretario de Hacienda de la Municipalidad, Bruno Mini, junto al secretario de Ambiente, Francisco Leiva, también se presentó en el Concejo para exponer su posición. Según la gacetilla oficial publicada tras la reunión, los funcionarios habían presentado documentación que “no dejó lugar a dudas, desmontando punto por punto el relato” de la Cooperativa, llegando al punto de afirmar que “incluso los concejales de la oposición se vieron obligados a reconocer la gravedad del caso”. Como de costumbre, tampoco desaprovecharon la oportunidad para volver a atacar al representante de los recuperadores, señalando que “manejó el Centro de Reciclado a su antojo, usufructuando sus recursos y sin rendir jamás una sola cuenta sobre lo hecho”.

Sin embargo, la supuesta “contundencia” de sus pruebas fue inmediatamente puesta en tela de juicio. Los propios concejales opositores, Ana Laura Ferrorati, Gastón Fonseca, Virginia Morales y Daniel Orué, salieron a desmentirlo rápidamente. A través de un comunicado, señalaron que “solo se nos mostró un informe de Seguridad e Higiene. Las supuestas ‘pruebas irrefutables’ nunca se exhibieron” y acusaron al municipio de “faltar a la verdad” y de difundir información “falaz e inexacta”.

“Se contradicen solos, dicen que nos tenemos que ir por el juicio –del propietario-, pero al mismo tiempo dicen que quieren seguir operando el Centro si nos vamos, no tiene sentido”. “Sentarte a dialogar con alguien que se contradice en el mismo relato es muy difícil, así todo nosotros pedimos dialogar”, sostiene Gerardo.

Reciclando contra la corriente

Lamentablemente, el conflicto con el municipio no es la única adversidad que enfrenta actualmente la Cooperativa de Recuperadores Merlinos. En los últimos años, tanto ellos como los recicladores de todo el país, sufrieron un combo demoledor: un aumento sustancial en los costos e insumos y una drástica caída en los precios del material. Al ser consultada, Elizabeth cuenta que “en 2023 vendíamos –el cartón- a 320 pesos el kilo, hoy lo estamos vendiendo a 170”, e insiste en los efectos devastadores de la inflación; “en 2023 gastábamos unos 40 mil pesos por mes en combustible, hoy estamos dejando 700 mil pesos”.

“Antes me lo sacaban de las manos al cartón, hoy me cuesta un montón venderlo, porque están abiertas las importaciones y les compran a Brasil o a Chile”, explica. Esta realidad es un efecto directo de la flexibilización de la importación de residuos no peligrosos iniciada a mediados de 2024, según estimaciones, en un año cayó un 55% el valor del cartón, un 70% el de la chatarra y un 68% el del vidrio. “No se puede competir con Chile o con Brasil. Brasil tiene la selva amazónica y usan toda celulosa virgen, por eso para ellos es más caro el reciclaje”, grafica Gerardo.

Por si fuera poco, como en el norte puntano no hay industrias dedicadas a la transformación y el reciclaje final, la Cooperativa debe enviar el material a provincias vecinas para su tratamiento. “Yo mando mensaje, solicitó un camión y nos mandan. En el precio ya va incluido el descuento por el flete, un descuento de unos 20 pesos por kilo”, explica Elizabeth, y destaca que “nuestro pie acá es el cartón, es lo que más se mueve”.

A pesar de todas estas dificultades, la Cooperativa sigue impulsando proyectos para aumentar la cantidad de material recuperado y fortalecer la capacidad de reciclaje. Por ejemplo, “hace poco nos surgió una venta de plástico, que hace un montón lo teníamos y no lo lográbamos vender. Con ese excedente armamos un proyecto para una recolección domiciliaria: compramos una motito, tenemos un carrito que lo vamos a acondicionar para la moto y vamos a armar una cuadrilla. Vamos a salir a hablar con los vecinos, para explicarles que estamos trabajando y decirle ‘nosotros pasamos los lunes por esta zona, saca separado’”. “La idea es estar más presentes en la calle”, resume.

“Nuestro sueño es fortalecernos en Merlo y hacer un triángulo: Merlo, San Luis y Villa Mercedes, y generar centros allá”, dice con entusiasmo Gerardo y, acto seguido, advierte que en estas ciudades los cartoneros están desorganizados, lo que los deja desprotegidos y en una situación de extrema vulnerabilidad. Finalmente, Elizabeth recuerda que los recuperadores sufren muchos prejuicios y sentencia que “un recuperador urbano no es un delincuente, es una persona que está buscando su sustento económico, que está haciendo un trabajo ecológico increíble”.

Deja un comentario