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Detectan la presencia de glifosato en la orina de vecinos de Lobos, la ciudad donde llueven agroquímicos

Desde hace años la localidad de Lobos encabeza los titulares por contaminación de agroquímicos. En Lobos han detectado estas sustancias en ríos, aguas subterráneas, suelo y agua de lluvia, ahora detectaron Glifosato en la orina de los vecinos de la localidad.

La localidad de Lobos, Provincia de Buenos Aires, es uno de los tristes ejemplos de la contaminación provocada por los venenos utilizados en la agroindustria. Allí diferentes investigaciones científicas hallaron agroquímicos en el agua, suelo, aire y en las personas.

En mayo del 2021, una investigación liderada por Virginia Aparicio, científica del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria –INTA-, detecto la presencia de agroquímicos como 2-4D, atrazina o glifosato en el agua superficial, subterránea y de la red, en el suelo, en la lluvia e inclusive en una escuela de Lobos. Dos años después, otra investigación detecta la presencia de Glifosato en la orina de los vecinos de la localidad.

El estudio de Pesticidas Introducidos Silenciosamente –PIS-, tenía el objetivo de detectar la presencia de agroquímicos en personas, y de esa manera sumar evidencia científica acerca de la contaminación generada por el modelo agroindustrial en el que impera el uso de venenos. El estudio fue dirigido por la Dra. Delia Aiassa, de la Universidad Nacional de Rio Cuarto, y en marzo de este año tomaron muestras de orina a 73 vecinos de Lobos de entre 35 y 57 años.

En análisis de las muestras se realizó en el laboratorio Fares Taie, uno de los pocos laboratorios que realiza estos estudios en el país. Los resultados parciales de la investigación se difundieron el pasado 15 de agosto en una reunión vecinal celebrada en la Fundación Lobos, en el centro de la ciudad, y se concluyó que el 15% de las personas estudiadas contienen glifosato en orina, un agroquímico de altísima toxicidad, considerado como probable cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud, alterador hormonal y generador de daño genético.

Presentación de los resultados del estudio en la Fundación Lobos. /Foto: La Vaca/.

El análisis indica que una de cada seis personas posee glifosato en la orina, en concentraciones que oscilan entre 1,1 a 9 microgramos por litro. Además, el 82% de los casos positivos no tienen contacto directo con la sustancia, y el 70% vive entre 20 y 300 metros de campos de cultivo, aunque también se registraron muestras positivas en habitantes de la zona urbana.

Si bien los voluntarios del estudio son anónimos, algunos de ellos decidieron hacer públicos sus resultados. Una de ellas es Aymara -vecina del centro de Lobos de 39 años-, quien expresa que la presencia de glifosato en su orina la lleno de “tristeza e impotencia”, especialmente frente a la desidia de gobiernos y empresas que priorizan las ganancias por sobre la salud y la vida. A pesar de ello, también asegura sentirse esperanzada por la creciente organización colectiva que lucha por la salud de las personas y el bienestar ambiental, según publica La Vaca, uno de los pocos medios que asistió a la reunión.  

Por su parte, Esteban -vecino de Uribelarrea de 48 años- dice sentirse con “furia y miedo”, y reafirma la posición de Aymara respecto a las responsabilidades compartidas de esta trágica situación: la responsabilidad de la agroindustria “que hace lo que quiere con nuestros cuerpos”, y la del Estado “que no nos cuida y es complice”. Esteban aclara que él consume principalmente alimentos agroecológicos pero que vive a 300 metros de campos de cultivo, por lo que esto demuestra que la intoxicación por glifosato es “sin consentimiento, no hay elección”, sostiene.

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“Los cuerpos y territorios que somos están contaminados. ¿Cuánta más evidencia científica hay que seguir aportando?”, se pregunta por su parte Florencia Polimeri, una de las vecinas impulsoras del estudio. Florencia recalca que hay mucha evidencia científica acerca de los daños en la salud y en el ambiente generados por los agroquímicos, sin embargo, las autoridades no hacen nada al respecto.

De hecho, el intendente de Lobos, Jorge O. Etcheverry (Cambiemos), fue presidente y tesorero de la Sociedad Rural de Lobos, institución que sugiere una distancia mínima de 0 metros para la fumigación en cercanías a la zona habitada. Eso explica que todos los proyectos para regular las fumigaciones se encuentren cajoneadas en un Concejo Deliberante con mayoría oficialista.

Para finalizar esta nota, tomamos las palabras de los vecinos de Lobos dentro del proyecto PIS: “Les preguntamos a las autoridades ¿Qué piensan hacer con esta información, con éstos
resultados? ¿Van a continuar dándonos la espalda? ¿Van a seguir haciéndose los sonsos?
¿Cuántas más evidencia científica hay que seguir aportando para frenar y ocuparse de
esto? ¿Piensan proteger nuestra salud, la de nuestros hijos y la de nuestro territorio?
Exigimos medidas urgentes, políticas públicas que al menos alejen las fumigaciones de
centros urbanos y otras zonas sensibles. Se debe reducir al máximo la presencia de
plaguicidas en el ambiente. Los plaguicidas no son sustancias inocuas, son venenos y no
queremos que estén ni en el ambiente ni en nuestros cuerpos”,
sentenciaron a través de un comunicado.

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