El pasado lunes, productores agroecológicos, miembros de asambleas ciudadanas y académicos se reunieron en la Ciudad de San Luis para avanzar en el Derecho a una alimentación sana, de calidad, sabrosa y soberana. Las Cátedras Libres de Mendoza y San Luis organizaron y encabezaron la iniciativa con el objetivo de avanzar en el “Informe Anual de la Situación de la Soberanía Alimentaria en Argentina”.
El pasado lunes las Cátedras Libres de Soberanía Alimentaria –CALISAS- de la Universidad Nacional de San Luis y de la Universidad Nacional de Cuyo –Mendoza-, se reunieron en la capital puntana para presentar el Informe 2022 de la Situación de la Soberanía Alimentaria en Argentina -IASSAA 22-, y avanzar en el informe del año 2023, que será publicado el siguiente año. El informe fue un trabajo conjunto de las más de 60 CALISAS distribuidas en todo el país, y a través de 10 capítulos desglosa, explica y evidencia la situación alimentaría de la Argentina, y cuan alejada esta de una Soberanía Alimentaría.
El encuentro inició al mediodía con un almuerzo de comida proveniente de productores agroecológicos locales, acompañado de jugos de frutas sanas, sabrosas y de calidad. Luego se dio inicio al foro en el que participaron, además de académicos, miembros de asambleas ambientales, productores, representantes de la comunidad Huarpe y personal de salud. A través de varias preguntas, los participantes fueron desglosando la situación productiva de la región y ahondando sobre la Soberanía Alimentaria en el país.
Al ser consultada por EcoPress, Julieta Lavarello, de la CALISA de la UNCUYO explica que “la Soberanía Alimentaria es el Derecho de cada pueblo a ser soberano sobre su alimentación. Eso incluye un montón de cosas, pero básicamente se trata de que cada pueblo pueda decidir que matriz productiva quiere tener, que tipo de sistema alimentario desea tener, y además busca que toda la sociedad tenga acceso a esa alimentación sana. La Soberanía Alimentaria busca que todos tengan acceso a una alimentación de calidad, que no sea solo para algunas personas, y que la alimentación no este digitada por grandes empresas, que es lo que lamentablemente está sucediendo en gran parte del mundo. Asimismo, la soberanía busca que el pueblo argentino pueda decidir cómo producir, que producir, cuando producir, donde hacerlo y de donde obtener los alimentos, además nos plantea si queremos comer comida o si queremos alimentarnos realmente”.
El foro “tiene la finalidad de recabar información fehaciente del estado de la Soberanía Alimentaria en cada rincón de la Argentina: eso significa obtener información de gente que está trabajando en la temática en cada territorio. Por eso, las cátedras están distribuidas en todo el país para llegar hasta los rincones más recónditos y poder dialogar con quienes están trabajando por lograr la Soberanía Alimentaria, y avanzar en los derechos a tener una alimentación sana, segura, soberana, sabrosa y para todos”, agrega Lavarello.
Durante el foro se abordaron los objetivos y los obstáculos de la Soberanía Alimentaria en la región, y se analizaron temas que van desde la lactancia en los primeros meses de vida hasta la matriz agroindustrial de la nación, con respecto a esto último Fernando Frank, de la Catedra Libre de Soberanía Alimentaria y Bioética del Sur de la UNSL, explica que “Argentina es una capital agroindustrial por muchos motivos, ya sea por el volumen de producción como por características particulares como tierras fértiles o el acceso al agua. La Soberanía Alimentaria plantea que el problema no es solo el reparto desigual de las tierras fértiles, sino también de que se produce, como se produce y quien lo produce”.
En ese sentido, detalla que “el sistema agroindustrial generalmente produce objetos con valor en el mercado del capital; pero muchas veces esos productos del agro no son alimentos, como es el caso de los biocombustibles, mientras que en otros casos son alimentos muy problemáticos para la salud y para el ambiente. En concreto, los comestibles ultraprocesados son responsables de la pandemia de enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, y además generan mucha basura con los envoltorios. Por su parte, la ganadería industrial, además de generar alimentos de baja calidad, genera contaminación de agua y suelo y enfermedades zoonóticas que saltan de animales a humanos al hacinar muchos animales en un lugar reducido.
Entonces, tenemos un sistema que produce problemas, y en simultaneo hay mucha gente que produce alimentos sanos, locales, muchas veces en pequeña escala y en silencio, y es importante que la sociedad mire con atención su trabajo, y apoye a la producción soberana para tener un futuro más deseable, justo y con menos problemas”.
Asimismo, Fernando explica que el IASSAA 22 es el primero de una serie de tres documentos sobre la temática, que fue elaborado por colegas de todas las cátedras del país y que detalla la situación de la Soberanía Alimentaría en Argentina, además expone conclusiones y propuestas para los interesados en el tema. El informe conto con el apoyo de la fundación Heinrich Boll Stiftung y cuenta con ediciones en español y alemán, el documento está disponible en la página www.redcalisas.org.
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