En Guatemala se han construido 116 escuelas hechas con ‘eco-ladrillos’ desde el 2009, permitiendo que más niños y adolescentes accedan a la educación, y construyendo de una forma más sostenible.

Las estructuras más importantes de una nación, en conjunto con los centros sanitarios, son las instituciones educativas, y en países en ‘vías de desarrollo’ estos recintos a menudo no se construyen por falta de presupuesto o de recursos. En Guatemala los ‘eco-ladrillos’ han facilitado la construcción de escuelas, y estas se han erigido de una forma sustentable.
Detrás de esta iniciativa se encuentra una organización sin fines de lucro llamada ‘Hug It Forward’ y hace 12 años se estableció en Guatemala para, en conjunto con las comunidades de bajos recursos, construir escuelas y reciclar los desechos plásticos mediante los ‘eco-ladrillos’.
Estos ladrillos, en realidad, son botellas descartables de plástico rellenadas con desechos plásticos como envolturas y compactadas hasta que queden firmes, de esta manera se obtiene un material apto para la construcción que contribuye a mitigar la contaminación plástica.
La construcción de estas instituciones son dirigidas por las mismas comunidades rurales y, tras completar el proceso de solicitud, deben recolectar al menos 6.500 ‘eco-ladrillos’. Posteriormente, reciben la ayuda económica de la organización, el municipio local paga los gastos de los albañiles que ayudarán a erigir la escuela y el Ministerio de Educación se encarga de contratar a los docentes.
De esta forma, la comunidad, los albañiles y los voluntarios comienzan la obra; se realizan los cimientos, los pilares y las vigas con hormigón armado y las paredes se hacen con los ‘eco-ladrillos’ que luego son revestidos con revoque. Este sistema, además de ser más barato y sustentable, genera un sentimiento de propiedad para las comunidades ya que participan activamente en la construcción de las escuelas.

Además, desde antes de la inauguración de la institución ya se está realizando una actividad de educación ambiental, enseñando que ‘la basura también puede ser un recurso’.
Hug It Forward tiene la firme intención de crear conciencia sobre el uso de la basura, el consumismo y la necesidad de crear un sentido de pertenencia en las comunidades, que es tán importante como tener un centro educativo local.
“Nuestro objetivo es compartir la tecnología de la escuela de botellas para que cualquier persona en cualquier parte del mundo pueda crear su propia escuela -o edificación- de botellas, donde sea que sea necesario” detalla la organización en su página web.
