En la Ciudad de San Luis hay una vivienda abandonada conocida como ‘la casa de los gatos’, un lugar donde muchos felinos encuentran resguardo de los peligros de la calle. Sin embargo; el domicilio no está exento de peligros y los animales que habitan allí padecen diferentes enfermedades. Rayén Patitas, una organización animalista, busca rescatarlos, curarlos y refugiarlos.

‘La casa de los gatos’ está ubicada en la calle Constitución, entre las calles Pringles y Belgrano del centro capitalino, el domicilio “está abandonado hace muchos años”, y allí se ha formado una ‘comunidad felina’, los gatos ‘callejeros’ encuentran resguardo de las inclemencias urbanas allí y algunos vecinos abandonan a las crías de ‘sus’ gatas ahí, además también nacen felinos en el domicilio abandonado. A simple vista, parece un refugio de gatos fundado por gatos, pero lo cierto es que sus condiciones de vida no son dignas; en el domicilio hay un foco de enfermedades felinas que afectan a los animales.
Para ahondar más en la problemática y el proyecto de rescate, desde EcoPress nos reunimos con Malena Nicanoff y Lucrecia Pérez; quienes están rescatando, curando y dando en adopción a los felinos de ‘la casa de los gatos’.
“El proyecto de Rayén surge por una necesidad y una vocación de querer ayudar”, explica Malena Nicanoff, estudiante de psicología. “Rescate una perrita hace un tiempo, la ‘puqui’, y ella fue mi incentivo; no es la primera que rescato, pero fue el empujón para hacerlo un poco mas enserio, que no fuera solamente porque me cruce un animal en la calle y llevarlo a casa, sino para organizarlo de una manera mejor. La idea con esto es solucionar varios problemas que venimos viendo” añade.
Por su parte, Lucrecia encontró la motivación para este proyecto por una gata que rescato en ese domicilio; “mi idea empezó por una gatita que rescate en esa casa, se llama ‘Torvi’, rescate a ella y a su hermanita hace 3 meses aproximadamente, su hermanita estaba realmente muy mal, en muy malas condiciones y directamente no sobrevivió, y ella –Torvi- si se la bancó, fue un poco más fuerte. Y verla crecer, mejorar y observar todas las ganas de vivir que tenia; fue una motivación enorme para mí, yo siempre tuve la idea de hacer esto, refugios o como lo quieran llamar, siempre me gusto y lo hice pero con animales que me iba cruzando en el camino, y Torvi fue una inspiración para hacerlo más seriamente”, explica.

Aunque las activistas comparten ideología y convicciones, su historia de amistad llama la atención:
“Torvi surgió en un momento muy feo de mi vida, yo estaba muy mal y ella fue un cambio rotundo en mi vida, me hizo muy bien, me ayudo a estar mejor, y le conté a mi psicóloga la mejoría que tuve desde que adopte a la gata y le comente la idea de poder hacer algo, un refugio o lo que sea, y ella me termino contactando con Malena”, explica Lucrecia. “Estábamos en la misma, entonces ella –la psicóloga- se da cuenta que tenemos la misma vocación, tenemos el mismo incentivo de querer ayudar, sabe que las dos amamos a los animales y somos re ‘locas’ de los gatos y nos conecto. Luego nos juntamos a charlar y la verdad que nuestras ideas eran re parecidas, ahí Lucrecia me comento el tema de la casa, una problemática que conocía superficialmente, y dijimos; arrancamos con este proyecto y luego vamos viendo que va surgiendo, porque realmente las políticas de cuidado a los animales no son buenas, no son a largo plazo”, añade Nicanoff.
Si observamos a la casa, es poco probable que nos percatemos de que allí hay un problema de salud y de bienestar animal, por eso las activistas explican cuales son las problemáticas que allí se hallan:
“El problema es que la casa está abandonada hace muchos años, estimamos unos 15, y con tantos animales que se han ido acumulando en esa casa, que se han muerto por las malas condiciones en las que viven, se genero un foco de infección enorme de un montón de enfermedades, como: el sida felino, el herpes felino, y la conjuntivitis, esas son tres enfermedades que tenemos identificadas en los gatos de la casa, y se siguen reproduciendo, la gente sigue abandonando gatos en esa casa, los felinos ven que en esa casa hay como una comunidad y van ahí y se genera un circulo. Actualmente, hay tres gatos en esa casa, pero sabemos que en otras épocas la población era mucho mayor”. “Torvi nació en esa casa con todas las enfermedades mencionadas, por eso; perdió un ojo y del otro es casi ciega y lo pudimos recuperar gracias al tratamiento veterinario, aunque no lo recuperamos del todo porque tiene muy poquita visión”, explica Lucrecia y aclara que las enfermedades son exclusivas de gatos.
Además, esos gatos no están aislados en ese domicilio, por lo que pueden contagiar a otros felinos y generar una epidemia de enfermedades gatunas.

El proyecto de rescate no es sencillo, y se divide en cuatro etapas: el rescate, el tratamiento médico, la castración y la adopción. Para lograr ese objetivo primero deben “conseguir las jaulas tramperas, porque son gatos tan ariscos y salvajes que no tienen confianza con el humano, entonces cuando los ves ‘disparan’, por el momento tenemos dos y estoy esperando a que la ultima gatita que rescate sea adoptada, así puedo llevar a esos gatos a mi casa; porque tengo una habitación aparte y ahí está la gata esa, tienen que estar aislados por las enfermedades. Una vez que los podamos atrapar, la idea es llevarlos a zoonosis o a una veterinaria amiga, que es la que está tratando a ‘Torvi’”, explica Lucrecia. Aunque primero “hay que ver si se pueden operar, evaluar cual es su estado de salud y ver si se pueden castrar o no”, agrega Nicanoff.
“Es evidente que los gatos están muy enfermos y lo ideal sería que obtengan un tratamiento antes de ser castrados, porque con el mal estado que tienen no pueden pasar directo a cirugía, tienen que ser revisados, tratados y estabilizados antes de ser castrados”, luego del rescate, el tratamiento y la castración “la idea es darlos en adopción –responsable-, pero es bastante complicado porque son gatos adultos, enfermos y que tienen sida felino, lo cual requiere un tratamiento de por vida, entonces tiene que adoptarlos gente que se comprometa a seguir con el tratamiento” y “La verdad, es complicado conseguir algún adoptante que se comprometa a todo eso”, explica Lucrecia.
Pero todas estas acciones no son gratuitas y significan un gasto importante para las activistas, por eso; “estamos por realizar una rifa para juntar dinero, porque aunque de las castraciones y las primeras vacunaciones se va a hacer cargo zoonosis, el tratamiento más especifico del sida y los análisis que haya que hacer va a correr por nuestra cuenta”, explica Nicanoff. “Hay un test de sangre para detectar si el animal tiene sida o leucemia felina –que es lo primero que deben hacer-, cada uno de esos test’s sale unos 1.500 pesos, multiplicado por 3 o 4 gatos, hay un gasto mínimo de 6.000 pesos, y luego hay otros estudios de sangre y lo básico como el alimento y las piedras sanitarias felinas, son muchas cosas y nosotras lo hacemos como podemos, por eso –además de la rifa- con un amigo estamos vendiendo chapitas de mascotas y todo lo recaudado va a cubrir esos gastos”, agrega Lucrecia, mientras Nicanoff hace hincapié en lo económico del producto “cada una a 100 pesos”.
Para solventar los gastos del proyecto “también recibimos donaciones”, “lo que sea sirve, desde donaciones monetarias, hasta insumos o medicamentos, también pueden ayudarnos con el transporte y el traslado de los animales, ya que no tenemos vehículo. Pero todo nos ayuda, hasta una mantita”, explica Lucrecia.
Para finalizar la nota, Nicanoff subrayo dos problemáticas que perpetuán esta situación “uno es el municipal, la ausencia de controles y la falta de soluciones a largo plazo, como impedir que los gatos vuelvan a asentarse allí, y el segundo punto es social; hay personas que abandonan gatos allí y si uno tiene un gato debe tener la responsabilidad de castrarlo y eso es parte del problema”. Entonces hay una problemática política/administrativa y una problemática social.
Si desean contribuir con el proyecto pueden contactarse vía facebook mediante @Rayén Patitas, con Lucrecia al 2664-803605 o con Malena al 2664-406034. Además, hay una cuenta de Mercado Pago donde, si lo desean, pueden contribuir económicamente al proyecto; rayen.patitas.mp.
