Encontraron al cetáceo sin vida en las costas del suroeste francés, estaba muy delgada y tenía unos 16 kilos de plástico en su sistema digestivo.

La encontraron con rigor mortis –rigidez de la muerte- y con la boca abierta. Pertenecía a la especie picuda de Cuvier –Ziphius cavirostris–, y era una hembra de poco más de 5 metros de largo. Sufría una enfermedad parasitaria y la basura que había en su estomago agravo su estado de salud, ocasionándole la muerte.
Esta es la primera vez en 7 años que sucede un hecho similar en Francia, el cuerpo fue encontrado sobre la playa de Messanges, un poblado al suroeste del país que da al Océano Atlántico. Una vez que fue retirada de allí, se le realizo una autopsia para determinar la causa de su muerte: la ballena perdió la vida debido a la cantidad de plástico en su estomago, según el equipo de conservacionistas del Observatorio Pelagis e Itsas Arima que realizo la prueba.
Entre los artículos encontrados en el interior del cetáceo destacan: bolsas descartables, envoltorios y paquetes de pasta. Cuando fue hallado parte de su cadáver ya estaba en descomposición, pero los desechos que le causaron la muerte tardaran decenas de años en descomponerse.
Una vez que este tipo de basura ingresa al organismo de un ser vivo, no hay mucho que se pueda hacer. De acuerdo con el coordinador de la red de varamientos de Pelagis, Willy Dabin, este tipo de desechos se pegan a las paredes intestinales de los cetáceos, y obstruyen la captación de nutrientes necesaria para que vivan sanamente. Eventualmente, el mal se expande a todo el cuerpo, y trae consigo la muerte.
Si bien la causa de su muerte fue la basura, la ballena padecía una condición parasitaria. La ingesta de plástico incidental no ayudo a que su enfermedad evolucione favorablemente. Con un mal funcionamiento de sus riñones, sus habilidades para obtener alimento y nadar se habían mermado significativamente. Tener 16 kilos de plástico en su estomago acelero su muerte e impidió que se recuperara de la enfermedad parasitaria.
Lamentablemente, este no es un caso aislado y es común observar en autopsias residuos plásticos en el interior de la fauna marina.

Se estima que anualmente llegan a los océanos entre 8 y 13 millones de toneladas de residuos plásticos, el 80% de estos provienen de tierra firme y el 20% restante de la actividad náutica. Esto ha causado que en los océanos de todo el mundo se formen “islas de plástico” y hallamos dos en el Océano Pacifico –norte y sur-, dos en el Atlántico –norte y sur- y una en el Océano Índico.
Estos residuos afectan gravemente a la flora y fauna marina, algunas ONG´S llevan a cabo tareas de limpieza en los océanos, pero siendo que solo el 9% del plástico que se ha producido ha sido reciclado y que la basura llega a los océanos constantemente, estas acciones están lejos de solucionar el problema.
Por eso se torna crucial aplicar las tres R con respecto a este problema:
-Reducir la cantidad de plástico que utilizamos.
-Reutilizarlo en la medida de lo posible.
– y llevarlo a los centros de Reciclaje.
Otro problema que enfrentan los cetáceos es la contaminación acústica, ya que viven en un mundo de sonidos, y la actividad humana en los océanos producen sonidos extremadamente fuertes que perjudican su comunicación, geolocalización y hallar alimentos o escabullirse de los depredadores.

Redacción desarrollada con información de National Geographic y con archivos de EcoPress.