Ecofeminismo: desarrollo sostenible, equitativo y justo

El ecofeminismo es un movimiento que surge en la década de los 70 que, como su nombre lo indica, hace congeniar los conceptos de feminismo y ecologismo.

/The Conversation/

El surgimiento del Ecofeminismo estuvo liderado por feministas que tenían una fuerte conciencia ecológica. Esta militancia denunciaba que: históricamente el sistema patriarcal y capitalista-extractivista ha equiparado a la mujer con la naturaleza, haciendo que tanto una como la otra sean desvalorizadas y explotadas en función de su beneficio.

Si bien existen varias ramas del ecofeminismo, todas someten a revisión los mitos que mantienen la falsa división entre las sociedades humanas y la naturaleza.

Todas tratan de revertir una cultura jerárquica, que considera que unas vidas valen más que otras y que somete con violencia todo lo que pretenda poner límites a la maximización del beneficio.

Es por ello que esta corriente pone en cuestión los dualismos, entendidos como pares binarios con desigual valor que se han originado en la cultura patriarcal por ejemplo, cuerpo vs mente, naturaleza vs cultura, esfera pública vs esfera privada, producción vs reproducción, razón vs sentimiento, saber científico vs saber tradicional.

Esta cultura hizo que las mujeres queden relegadas a lo irracional, a lo emocional, al trabajo reproductivo y a la esfera de lo privado. Y que el hombre sea considerado el portador de la razón, de la productividad, de la ciencia, del saber y del poder.

El ecofeminismo propone un modelo de desarrollo sostenible, equitativo y justo. ¿Por qué decimos que el sistema actual es insostenible?

Porque intenta crecer exponencialmente cuando los recursos de nuestro planeta son limitados. Sumado al sistema consumista devorador y de descarte en el que nos encontramos inmersos.

Actualmente, y afortunadamente, somos testigos de muchas victorias del movimiento feminista, de muchos avances en la cultura y de progresos a nivel social y laboral que ha conseguido la mujer.

A mí parecer, todavía quedan muchas mejoras por conseguir para poder hablar de igualdad de género. Pero, por sobre todas las cosas, y considerando la actual crisis ecológica y climática, es imperante que se dé un cambio de paradigma en el plano ambiental. Comprendo que los cambios paradigmáticos llevan tiempo, necesitan cocinarse, masticarse e incorporarse en el “habitus”, en términos del sociólogo francés Bourdieu, pero hoy es imprescindible que actuemos y que sea lo más rápido posible.

Por: Agustina Roich –Comunicadora Social, redactora, emprendedora y educadora en https://www.instagram.com/cumbre.ambiente/

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