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Sobreconsumo de harinas y déficit nutricional: la dieta de los argentinos en tiempos de crisis

Una encuesta elaborada por el Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas –IETSE- comparó la tabla nutricional recomendada y los patrones alimentarios de los hogares argentinos. Se observa una profunda brecha entre la dieta recomendada y la registrada, con sobreconsumo de harinas, productos calóricos y un déficit de verduras y lácteos.

Una encuesta realizada por el Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas –IETSE- analizó las diferencias estructurales entre la dieta recomendada por el INDEC y los patrones de consumo observados en los hogares argentinos. Se encuestaron a 3.750 hogares de familias de cuatro integrantes de zonas urbanas y semiurbanas de los 24 distritos del país.

En carnes, los resultados muestran una concentración en el consumo de pollo y derivados, concentrando el 51% del rubro cárnico, se observa un aumento del consumo de menudos y alitas (productos no contemplados en la tabla recomendada del INDEC). El pescado solo representa el 2% del consumo cárnico.

En el rubro frutas y verduras, se observan déficits generalizados en frutas como bananas, manzanas y peras, con reducciones superiores al 50% en comparación a lo recomendado. Mientras que aumenta el consumo de verduras de bajo costo, como la cebolla (+48% de lo recomendado) y la papa (+28% de lo recomendado), esta última concentra la mitad de consumo del rubro.

En el rubro de huevos y lácteos, se evidencia un déficit en el consumo de productos como la leche fluida (-26% de lo recomendado), el yogurt (-44% de lo recomendado) y los quesos (entre -19% y -59% según el tipo). Por su parte, se registra un mayor consumo de huevos (+51% de lo recomendado), reflejando ser una fuente de proteínas más accesible, aunque con menos aportes de otros componentes.

Además, se evidencia un consumo excedente de pan y fideos secos, revelando una dieta de alta densidad calórica, pero con menos fibras y nutrientes. También se advierte una alta proporción de productos de bajo nivel nutricional, por ejemplo, el consumo de azúcar supera en un 45% lo recomendado. El café, el dulce de batata y la mermelada presentan consumos mínimos.

Estos datos ponen de manifiesto que existe una profunda brecha entre la dieta recomendada y los patrones alimenticios de los hogares. Se observa una subalimentación en rubros sumamente importantes para la calidad nutricional, como frutas, verduras y lácteos, comprometiendo la ingesta adecuada de proteínas, vitaminas, minerales y fibras. Por otra parte, se registra un sobreconsumo de harinas, panificados y azúcar, lo que incrementa el riesgo de enfermedades como obesidad infantil, diabetes y afecciones cardiovasculares.

El IETSE destaca que la elección de productos de bajo costo en detrimento de otros alimentos “configura un patrón alimentario que responde estrictamente a condiciones socioeconómicas”. Estos resultados deberían “constituir una alerta para el diseño de políticas públicas orientadas a mejorar el poder adquisitivo de las familias argentinas, de manera de garantizarles la accesibilidad a alimentos esenciales nutricionales”, sentencia el Instituto.

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