
Proyecto Bioma comienza hace cinco temporadas. Surge de las inquietudes
de un grupo de alumnos de la Licenciatura en Agroecología de la Universidad Nacional de Río Negro al enterarse de la disponibilidad de tierras productivas en manos de horticultores históricos en la región. Arranca con la motivación de empezar a construir un proyecto de autogestión, capaz de brindar alimentos de calidad a una gran porción de la comunidad. Con el paso del tiempo y en especial a partir de su tercer año, el proyecto se expandió en términos productivos y sociales. Actualmente lo integran 12 personas a las cuales les gusta pensarse como sujetos activos de cambio y buscan producir alimentos sanos, inocuos y de calidad, que sean valorados y resulten accesibles a la comunidad en su conjunto.
La crisis civilizatoria que quedó -aún más- expuesta con la pandemia instaló la necesidad de tomar las riendas y comenzar a trabajar en nuevos horizontes que pudieran dar respuesta a esta crisis a través de la producción de alimentos sanos, como así también la expansión a todas las otras áreas que están estrechamente vinculadas desde su enfoque agroecológico.
Entre sus objetivos está demostrar la sustentabilidad de un modelo alternativo, escalar la agroecología como movimiento, generar las condiciones materiales de un proyecto replicable y autogestionar su economía. Producen alimentos con la convicción de estar construyendo Soberanía Alimentaria en su territorio, entramándose con otros actores y actrices locales que persiguen los mismos fines. Desde la perspectiva social, como proyecto buscan nutrir la lógica directa entre personas que consumen y aquellas que producen.
Tratan de vincularse cada vez más con los anhelados prosumidores (o consumidores con conciencia en las lógicas productivas) buscando incrementar el interés local, apuntando a comercializar toda la producción en Lago Puelo y la Comarca Andina (como se conoce a la zona que nuclea a las localidades andinas del sur de Río Negro y norte de Chubut). Por eso persiguen estrategias claras en ese sentido, como el sistema de preventa o Agricultura Sostenida por la Comunidad (ASC) a modo de generar un beneficio directo en el bolsillo del consumidor congelando el precio de los productos, pero además demostrando la necesidad de inversión que tienen estos proyectos al principio de temporada. También tienen un sistema de voluntariados, donde vecinos y vecinas de la comarca se acercan al proyecto a realizar una jornada de trabajo a cambio de un bolsón de verduras; también proponen a la comunidad visitas guiadas por la chacra, talleres brindados por miembros del proyecto o personalidades destacadas en la comunidad.
El proyectó está certificado por el Sistema Participativo de Garantías -SPG- con su sello “Ecomarcal” y algunos de sus miembros incluso participan del Consejo del SPG Comarcal; también participan y articulan con en el Nodo Agroecológico Territorial -NAT-; forman parte de la Red de Productores y Productoras Agroecológicos de la Comarca Andina -REPACA-, con quienes comparten compras de insumos, puntos de venta, técnicas productivas, formación de precios, entre otras; también forman parte de la Catedra Libre de Soberanía Alimentaria -CALISA- como un colectivo afín.
Como principales dificultades mencionan el acceso a sistemas crediticios y a seguros sociales como trabajadores; la dificultad de acceso a la tierra y la complejidad para comercializar de forma local y unificar puntos de venta.
El proyecto busca sostener como principio la sostenibilidad de la vida en el suelo. Para cada sector o actividad (plantinera, campo, cosecha, postcosecha y comercialización) intentan tener un responsable para que se afiance en la tarea e identificar con claridad las actividades semanales de su sector y la cantidad de personas que se estima que se necesitarán para realizarla; la idea es entre todos y todas construir la distribución del trabajo. A esta labor se le suma el trabajo de comunicación y militancia que realizan tanto en el Nodo Agroecológico, como el en SPG, o en la misma red de productores REPACA.
Se le da relevancia al hecho de trabajar en el clima mental del huerto. Intentar detectar las necesidades primarias y expectativas de quienes trabajan y cómo tratar de articular para que cada persona que participa del proyecto se sienta segura en la tarea que tiene que realizar, teniendo en claro qué se espera de ella, y a su vez, invocando que cada uno le dé su toque personal al proyecto. Trabajar mejor en sus planillas de planificación, son un gran aprendizaje: mejorar la toma de datos, la noción y planificación de los tiempos que llevan las tareas con las tecnologías que tenemos. Creció mucho la visibilidad del proyecto y la conexión de este con otras redes que trabajan desde, por y para la agroecología.
Trabajan de manera agroecológica porque se trata de un paradigma que les hace sentido, creen que la Comarca Andina -como ecosistema social- presenta condiciones favorables para que prosperen este tipo de propuestas. A su vez les genera una fuerte motivación seguir intentando encontrar herramientas de fortalecimiento en la autogestión como forma de organización social. Sin dudas les convoca este deseo imperioso de fortalecer la Soberanía Alimentaria en el territorio.
Fragmento del Informe Anual sobre la Situación de la Soberanía Alimentaria en Argentina en 2024, disponible en www.soberaniaalimentaria.ar .

