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Pez Diablo: el pez que sobrevive fuera del agua e invade México

El Pez Diablo es una especie que ha asombrado al mundo por su capacidad de sobrevivir tiempos prolongados fuera del agua. En redes lo han apodado el Pez Zombi, porque ‘hiberna’ de una forma tal que parece muerto, pero cuando entra en contacto con el agua vuelve a la vitalidad. En México es una especie invasora que perjudica seriamente a la biodiversidad nativa.

El Pez Diablo -Hypostomus plecostomus, también conocido como limpiapeceras, vieja del agua o pleco común, es un espécimen peculiar que ha asombrado a muchos por su capacidad de sobrevivir sin agua durante tiempos prolongados.

Se trata de una especie de agua dulce originaria de Sudamérica que habita desde Venezuela hasta Argentina, y se caracteriza por no tener escamas, por su comportamiento territorial y por su adaptación ambiental. Su alimentación se basa en las algas del fondo de los espejos de agua, aunque ocasionalmente come insectos o pececitos, se reproduce rápidamente y su tamaño promedio es de 40 cm.

Aunque la especie es popularmente conocida en los lugares que habita, hace unos años el Pez Diablo gano fama internacional por un video en el que se observa a un ejemplar petrificado y aparentemente muerto, que al entrar en contacto con el agua vuelve a su vitalidad. Estos peces tienen la capacidad de retener oxígeno en su estómago, entrar en estado de latencia y sobrevivir hasta 14 horas fuera del agua, habilidad que le ganó el apodo de “Pez Zombi”.

Actualmente México sufre la invasión de esta especie que perjudica a ecosistemas enteros. Allí se lo conoce como Pez Diablo porque fue descubierto por primera vez en la región del Infiernillo, pero con el paso del tiempo fue colonizando nuevos territorios y “homogenizando” diferentes ecosistemas.

Por su predisposición a alimentarse de las algas pegadas a las rocas, esta especie es comúnmente utilizada en peceras ya que se alimenta de las algas que crecen en los vidrios de los acuarios, por eso también se lo conoce como limpiapeceras. Se cree que algún ejemplar se escapó de un acuario o fue liberado por algún irresponsable en los ríos mexicanos, desencadenando la invasión del Pez Diablo.

En lugar de escamas, este pez posee un exoesqueleto de cartílago y espinas con el que se defiende de sus posibles predadores o se pelea con sus congéneres por territorio. Además, las hembras alcanzan la madurez sexual al año de edad y pueden poner hasta 1500 huevos, que una vez eclosionados, son cuidados por el macho. Por si fuera poco, esta especie tiene la habilidad de autofecundarse y, ante la ausencia de un macho, los huevos de la hembra pueden eclosionar sin la necesidad de esperma, obteniendo alevines genéticamente idénticos.

Por todas estas cualidades, el Pez Diablo ha invadido gran parte de Norteamérica y, sin muchos predadores que se atrevan a cazarlo, se está expandiendo con rapidez. La especie compite con éxito por alimento y refugio con la fauna nativa, mientras que su comportamiento agresivo y territorial desplaza a las especies autóctonas.

Por ejemplo, en Tabasco la especie foránea representa el 70% de la captura de los pescadores locales. Durante mucho tiempo los locales no sabían qué hacer con estos peces y los dejaban tirados a orillas del cauce porque no tenían valor comercial; pero ahora cada vez más restaurantes y comercios lo ofrecen y diferentes empresas elaboran alimento para mascotas o harina de pescado con ellos, lo que ayuda a contrarrestar la ausencia de predadores naturales.

Foto de portada: National Geographic.

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