Carta del lector Sergio D. Sullivan, vecino de Juana Koslay, quien se auto describe como una persona “comprometida con la búsqueda del bienestar común y la abundancia en el plano espiritual, emocional, energético y material”.
El único pulmón verde que tiene Juana Koslay no tiene dueño, se pertenece a sí mismo, le pertenece a cada vecino, a cada turista, a cada ser que quiera respirar en paz y disfrutar del oxígeno y del paisaje puro que nos brinda, junto a su hermosa y preciada biodiversidad. Único lugar que, en cortas distancias, cuenta con una confluencia de dos arroyos, un salto de agua y un bosque en pleno crecimiento luego de ser incendiado por la misma corrupción, y una cumbre donde puede verse el paisaje del hermoso bosque, en medio de una ciudad ya desarrollada.
Luego de un año y medio de “lucha”, pudimos entender que solo podemos llegar a cumplir nuestro sano objetivo en base al amor, a la verdad y a la acción concreta.
En un sistema donde los intereses reales se esconden en “burocracias necesarias” y “negociaciones irracionales”, donde la corrupción y ambición, disfrazada de bien común y protección ambiental (política, sindical, personal, privada, institucional, etc.), acapara hasta el más inimaginable lugar, donde es mejor poner la basura debajo de la alfombra (debajo de la tierra en el mejor de los casos) para poder continuar con los intereses materiales mediante una comunicación violenta naturalizada socialmente y perseguida con el miedo y amenazas a viva voz. Acá estamos nosotros, viendo lo que otros no eligen ver, haciendo lo que otros no quieren hacer; reparando lo que la naturaleza no puede resolver por sí misma, intentando darle un respiro entre tanto avasallamiento.
Día a día, nos levantamos pensando qué hacer, desde nuestro lugar de vecinos. Vecinos cuya única meta es el cuidado del bosque, su reproducción y su resguardo. El legado para los más pequeños, que por suerte podrán ver su transformación, podrán ver lo que el amor y el deseo sin bandera política puede lograr. La constancia, la determinación y la unión son las claves para devolverle a la tierra un poco de tanta vida que nos brinda.
¿Acaso los dirigentes políticos no tienen la obligación y las herramientas necesarias para cuidar nuestro ambiente y crear comunidades y ciudadanos responsables? Aún estamos a la espera de una toma de responsabilidad real y asertiva. Donde el Bosque que tanta pureza nos da tenga el respeto que se merece, donde cualquier vecino, sin importar su medio de movilidad, pueda acceder a conocerlo, disfrutarlo y contemplarlo con la seguridad necesaria y básica, como poder cruzar un arroyo en un puente peatonal, o poder caminar sobre un puente sin tener miedo a caer porque se le ha quitado la baranda de seguridad; una plaza; cestos de basura para reciclaje, baños; parrillas; estaciones de ejercicio, cancha de bochas… muchas son las propuestas que no dependen de millones de dólares para satisfacer las necesidades básicas de los vecinos y visitantes, para tener un lugar de reencuentro y distensión donde la naturaleza sea la protagonista.
Teniendo en cuenta los acontecimientos, la autoridad local no ha demostrado interés alguno, ejerciendo violencia hacia los vecinos con sus decisiones arbitrarias. Por ende, estamos a la espera de que algún ente competente de mayor autoridad logre escucharnos y poner en acción conjunta para no estar solos con la responsabilidad de que el hermoso corredor biológico no quede a la deriva, corriendo riesgo de ser loteado o deforestado en el próximo invierno.
Súmate a esta causa de amor, respeto y cuidado para poder revivir la magia del bosque en cada uno de nosotros. Contacto.
Con este texto EcoPress inaugura la sección Carta del Lector, si quieres enviar una carta para hacerla pública por favor contáctate mediante Instagram o Facebook. El medio no se responsabiliza por las opiniones emitidas en esta sección.
Foto de Portada: Eze Cardozo /Archivo/.
EcoPress - Periodismo Ambiental 