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La clonación de perros es “maltrato animal”: muchas perras son sometidas para obtener un ejemplar sano

La biotecnología ha avanzado a pasos agigantados en las últimas décadas y la réplica exacta de animales ya es una realidad. Sin embargo, clonar un ejemplar no es un procedimiento simple, y los defensores de los Derechos Animales han criticado la clonación por “maltrato animal”.

En los ’90 la humanidad marcó un hito científico al clonar por primera vez a un mamífero: la oveja Dolly. A partir de allí, la clonación dejó de ser un concepto puramente ficticio y se convirtió en una realidad, desde entonces la biotecnología ha avanzado a pasos agigantados, ha perfeccionado sus métodos y ha logrado clonar a una gran diversidad de especies. Actualmente la clonación ya se desarrolla en el ámbito comercial y se replican desde animales de ganado hasta mascotas.

Sin embargo, la clonación es una práctica controvertida que ha despertado debates filosóficos y éticos. En países como Estados Unidos, Corea del Sur, Reino Unido y China la clonación está permitida y hay varias empresas biotecnológicas dedicadas a esta tarea, por otra parte, en la Unión Europea –UE- está prohibida desde el 2015 porque “pone en peligro el bienestar de los animales, dada la escasa eficacia de la técnica”, señala la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria.

En países como Argentina la actividad no está reglamentada y hay un vacío legal en torno a esta práctica. Recientemente, el debate acerca de la clonación de animales volvió al ojo público al conocerse que el Presidente de la Nación, Javier Milei, posee cuatro clones de Conan (su amado perro fallecido en 2017).

El mandatario pagó 50.000 dólares por la clonación de Conan (un mastín que adoptó en 2004), para ello envió muestras genéticas del canino al laboratorio de PerPETuate en Estados Unidos para que realicen la réplica genética exacta. Como él, un montón de adinerados afligidos por la pérdida de su mascota optaron por clonar a su ‘amigo de cuatro patas’ para tener la sensación de que nunca se fue.

El Presidente de Argentina junto a sus cuatro clones de Conan (el original). /Revista Caras/.

Hay diversos métodos para la clonación de perros. Según explican desde la empresa PerPETuate, ellos extraen el material genético del ejemplar a clonar y lo cultivan en un medio especializado, luego almacenan la muestra en nitrógeno líquido esperando a que el cliente solicite la clonación o directamente inician el proceso de réplica. Después “tomas esas células y reemplazas el material genético de un óvulo de otro perro con el material genético del perro que quieres clonar. Y luego, básicamente, implantas ese embrión nuevamente en una madre sustituta”, explica el profesor Reymond Page, director de la empresa, a La Política Online.

En otras palabras, consiguen la muestra de ADN del animal a clonar, se obtiene un ovulo al que se le extrae su carga genética; se le introduce el ADN del ejemplar original y finalmente se lo inocula en una perra subrogada. Pero el proceso no es tan sencillo y la clonación esconde una realidad que las empresas biotecnológicas se han encargado de mantener oculta.

Los defensores de los Derechos Animales denuncian que la clonación de perros es maltrato animal porque realiza procedimientos invasivos, porque muchos cachorros nacen con problemas de salud y porque se necesita ‘embarazar’ a varias perras para obtener un ejemplar sano, entre otras.

En concreto, denuncian que la extracción de óvulos y la ‘fecundación’ artificial requieren de intervenciones quirúrgicas sumamente dolorosas y estresantes para las hembras subrogadas, además la tasa de éxito de la clonación ronda el 20% y es común que surjan inconvenientes como abortos espontáneos o que los cachorros nazcan con malformaciones y problemas de salud (por lo que son sacrificados): por eso se necesita embarazar a varias perras en simultaneo para obtener un ejemplar sano.

También señalan que hay millones de animales abandonados sufriendo en las calles y, teniendo en cuenta que un clon no hereda el comportamiento del perro original, es mejor adoptar a uno que necesite el cuidado y la contención de una familia. Por otra parte, indican que la clonación se concentra en satisfacer los caprichos de quienes pueden pagar el procedimiento, en lugar de priorizar el bienestar de los animales, lo cual es un comportamiento “especista” que considera al humano como un ser superior a las demás especies, señalan.

Por todo ello, sentencian que un verdadero amante de los animales jamás clonaría a su mascota, por mucho que le duela su perdida.

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